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21 sed. Pero que d veces se distinguia á lo léjos, en medio de una llanura sin limites, un grande lago azul y claro, como el lago de Tiberiades. Maria, dice, levantaba su cabeza, desfallecida como una rosa de Saron á la proximidad de la lluvia. Tocába- se ya ese lago bendito, en el que con la imaginacion todos apa- gaban la sed; pero ¡ oh miseria ! un demonio burlon se llevaba el lago algunas leguas más lejos, y no dejaba en su lugar más que una arena inflamada (1). Este último raso está buenó para ponerlo junto ú las sierpes:de Ténedos en la Eneida de Virgilio; pero es indigno de figurar en la vida de la Virgen, la cual se ha de escribir de otra manera muy distinta. Una historia como ésta ha de ser tratada en un estilo muy grave y didáctico, no añadiendo nada á la naturaleza del asunto, que no esté en armonía con el objeto principal. Las cosas que se supongan, se han de ajustar á la santidad de la Virgen, á las costumbres religiosas, sanas y puras del pueblo á que perteneció , 4 la educacion esmerada que la misma Virgen recibió de sus padres, y ú la más sublime y toda celestial que la dió el maestro que tuvo desde que empezó á existir, que fué el Espíritu Santo. Estas sendas (1) Debemos decir que esta ilusion óptica se padece al atrave- sar los inmensos arenales que hay desde Suez al Cairo. Este cami- no lo hicimos en 29 de Setiembre de 1863, y á no haber leido las relaciones de lo ocurrido al ejército francés en 1797 al recorrer esos arenales, hubiéramos creido que los médanos de arenas re- quemadas por la ignicion del sol, que presentan una costa ne- gruzca, y de lejos parecen: azules, eran lagos. A medida que íbamos acercándonos desaparecían esos colores, apareciendo otros á lo lejos con los mismos tintes. Pero nunca pudimos imaginar- nos que ningun demonio burlon anduviese divirtiéndoge con nuestras pupilas. Pensábamos ya entónces escribir la vida de la Virgen, y teníamos muy presente lo que habíamos leido acerca de ella sobre este asunto del demonio hurlon, y resolvimos em- pezar cuanto ántes el trabajo, poniendo estas observaciones.