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258 tener que descubrir un secreto que sólo era conocido del Espíritu Santo, 4 quien se había ofrecido en desposorio eterno, manifestó á la autoridad sagrada , que había consagrado al Dios de Israel 'su cuer= po, para que fuese una hostia virginal, sobre la cual nadie sino el mismo Dios tuviese dominio: y que deseando cumplir su voto , re- nunciaba á todo enlace matrimonial , y sólo deseaba vivir para siem- pre en el templo del Señor, y ocuparse en sus alabanzas , y en el mi- nisterio más ínfimo. que hubiese en el mismo templo. Grande había sido por cierto la conmoción del corazon de la Vírgen, cuando oyó de la boca del sumo Sacerdote la proposicion desu enlace con un des— cendiente de la casa de David , pero la que causó 'en el sacerdocio reunido en cuerpo la respuesta de la jóven María, no puede explicar= se con palabras. Era la suave voz de María en aquel momento como el eco dulcisimo de un sér. celestial, que habla á4 los mortales un len- guaje que extasía por lo sublime , y no se entiende totalmente, por ser el lenguaje de los privados y ministros de Dios : era como una rá- faga de suavisima luz, que de repente penetra en un horizonte tene- broso', que deslumbra sin causar terror, pero que produce en cuan- tos la:ven gozo, asorabro é ilustracion. ¿Cómo, dijeron los Sacerdotes del Señor ? Esto es inaudito y portentoso en los anales de la humani- dad. No hay rey en la tierra, que sea digno de esta esposa, y ¿quie- re ella conservarse vírgen:? No ha tenido la estirpe de David una hija tán excelsa, y ¿no quiere ella dar un vástago á la raíz de Jesé, y pre- cisamente en esta época , en que Dios ha de bendecir 4 la nacion de Judá, para que venga al mundo el que es esperado de las gentes , y ha de restaurar el sólio de nuestros reyes ? La ley no permite la ex- tincion de una familia : al sacerdocio cumple el vigilar por la obser= vancia de esta ley : el cielo bendecirá á esta jóven , y la enviará un ángel como se lo envió á Judith, que la tenga bajo su protección y la ayude á cumplir su voto, si es acepto al Dios de nuestros mayores; pero es nuestro deber darla á quien la ley ordena. Así decretó la santa reunion, y llamando de nuevo á la angelical jóven; «sea acepto, la dijo, al Altísimo tu voto, oh Virgen 'admira- ble, y derrame sobre tí con abundancia las bendiciones, que tiene prometidas á los que viven en la fe de nuestro gran padre Abrahan, y esperan el cumplimiento de sus promesas. Mas , cumple 4 nuestra au- toridad la observancia de la ley, y conforme esta lo prescribe, te da- rémos un esposa, y será el que"designe el Dios de nuestros padres, como designó en otro tiempo la familia que había de conservar en su seno el ministerio sagrado. Este esposo será el custodio de tu virgi- nidad , si así lo quisiere el cielo , el testigo integérrimo de tu omní- moda castidad, y tú serás el portento del mundo , el milagro de Is- rael, y la maravilla no vista desde.que hay. mujeres en. la tierra. Nos- otros implorarémos las luces de Jehovah , para que no-erremos en la
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