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2. MI. Vida de la Virgen en el templo. Una de las cosas más admirables en la vida de la Virgen, es su niñez : pórque si bien en el exterior nada se veía en ella, que: mani- festase la grandeza de su alma , era esta sin embargo perfectisima desde el primer instante de. su: existencia; y como en ella no había habido mancha de culpa, tuvo desde luego ¡ofusa la sabiduría del Es- páritu Santo , y empezó á hacer actos tambien perfectísimos de fe , es- peranza y caridad desde que fué sacada de la nada. La conversacion: y trato del muado era para ella, como un muro que la contenía, y no la dejaba dar vuelos hacia el cielo como ella lo deseaba. Su .corazon se vió por. tanto bañado de la más inefable alegría, cuando se quedó sola en el templo. Eran inefables las ánsias con que esta paloma inocente quería vo— lar á la soledad, para ser toda de su esposo divino: y por lo mismo, apénas la sagrada niña se vió sola en €l sagrado retrete, como si hu=- biese andado buscando por largo tiempo al objeto de su amor, exhaló los suspiros más amorosos que habían salido jamás de corazonalguno, diciendo con la esposa de los Cantares: he hallado al que ama mi al- ma: lo tengo ya, y no lo dejaré (4). Entónces arrodillada ánte el acatamiento divino , levantó sus santisimos ojos al cielo, y extendien- do hácia él. sus manos virginales, se ofreció de nuevo al Espiritu Santo por esposa , consagrándole tambien de nuevo su alma con todos sus pensamientos, sa corazon con todos sus deseos, y su cuerpo con todos sus sentidos, diciéndole con él corazon enternecido: «Oh Señor, om- nipotente, altísimo; yo te alabo y bendigo , porque has quitado el oprobio á mi-primera madre Eva, y por tu misericordia inefable con aventurada, pe ha hecho bienaventurados á todos los mortales: alaba sin descanso á la: que ha sido criada para ser un libro divino, que contenga escritas todas las maravillas de Dios.» (Orat. in Deipar. Pre- sent, , 1.” VIIL,) Tambien pone en boca de Zacarías estas palabras diri- gidas á la Virgen: «0h niña inmaculada, oh Vírgen sin mancilla, oh don- cella hermosísima; oh ornamento de las mujeres , gloria de las hijas de Eva, oh Madre y Virgen santa, tú erés bendita entre las mujeres , tú la alabada por la santidad, tú la sellada por la virginidad , tá la expiacion de la maldicion de Adan , tú la solucion de la deuda de Eva , tú la obla- ción pura de Abel, tú la esperanza de Enos , tú la gracia de Enoc, tú el ms Noé,» ete. (n:.* IX.) No ponemos más por no agrandar demasiado a obra. (4) * Cant: cap. 3, v. 4.

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