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997 Semejantes eran las palabras , con que Ana se dirigia al cielo desde la soledad de su huerto doméstico. «Oh Dios de los ejércitos, decía, que estás sentado sobre los Querubines (1) , á quien glorifican los Serafines, obedecen millones de Angeles, y millares de millares alaban y adoran: Tú, que sacaste á Adan de la nada y le diste vida con tu aliento vivificador, y de su costilla formaste á la mujer, dán- dele en ella una ayuda , y uniendo á los dos, para que no hiciesen más que uno (2); Tú, que diste un hijo á tu siervo el Patriarca Abrahan , despues de ser Sara anciana y estéril, haciéndolo más tar- de padre de muchas gentes ; y tambien hiciste esa gracia á la otra Ana, que llevaba mi nombre y era de mi tribu, dándole á Samuel, como hijo de oraciones y como triunfo sobre la mentira y el odio; mira, oh Altísimo Señor, desde tu habitacion: abre mis entrañas, para que puedan engendrar, quitame el oprobio de la esterilidad, para tener el consuelo de ofrecerte lo que nazca de mi, sea hijo ó hija ; y presentártelo como un don, y un sacrificio en olor de suavi- dad, como oblacion limpia, como regalo precioso , como cordera sin mancilla , como cordero primogénito ,'como un nuevo Isaac (5). » Por esta oracion se echa de ver que la amargura por donde ha- bian pasado estos dos santos esposos , fué en extremo dolorosa; pero, despues de la tempestad vino la serenidad , y detrás de la afliecion el consuelo. «El ángel del Señor, dice.el mismo San Tarasio, se apare- ció 4 cada uno de ellos, y les dijo estas palabras : el Altísimo ha oido vuestras oraciones, y muy pronto engendraréis una hija , y será pre- cisamente aquella bienaventurada, que entre todas las generaciones ha sido elegida para ser la habitacion de Dios (4). En estas cortas Sentencias de los Santos Padres queda descrita la vida de los padres de la Virgen, y descubierta su excelencia, Pero, no debemos dejar inadvertida una circunstancia , que adorna á estos dos santos Patriarcas, y es, que son ellos los que entre otros santos, aunque muy pocos, han tenido el privilegio de ser prefigura= dos mucho ántes de venir al mundo. Aquel Patriarca de la Mesopota- mia junto con su esposa Sara , ambos ancianos y ésta estéril , son el vivo retrato de los padres de la Virgen, con la gran diferencia de ser ellos la figura y éstos la realidad: porque, en la prole que el ángel (1) Dan., cap. 3,v. 35. (2) Gen., cap. 3, v. 24. (3) $. Taras. Constantinop., Orat. in Deipar. Presentation., n.* 1V. (4) Id. ibid, n.* V. Todos los Padres y escritores de la Iglesia Orien- tal conservan la misma tradicion, como S. Isidoro de Tesalónica (Serm. de Nativit. Virg. número 11, 12), el monge Jacobo (en su sermon de Conception. B. M. Deipar., n.” 8 et 9), San Pedro, Obispo de Argos (Orat. in Conception. Deipar. , n.* 8 et 9), San Juan Euboense (Orat. in, Conception. Bmz. Deipar., n.* 11, 12), y San Jorge Metropolitano dr Ni- comedia (Orat. in Conception, B. V.M.,n.*1, 9.) nos Pm Ha TE Dn A A p xl eN t ES q e . E O

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