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223 cumplido pláceme, pues han de ser bendecidás en él todas las nacio- nes de la tierra. Qué grandes é ilustres sean estos dos séres en presencia de Dios, nos lo dicen sus nombres , pues uno quiere decir Preparacion del Señor, y otro se interpreta Gracia de Dios; cuánto valgan ánte Dios y los hombres lo declara la Niña preciosa que el cielo les ha de dar. Sin embargo, digno es de notarse, que entre tantos historiado- res como la humanidad ha tenido, que han encomiado á sus más no- bles hijos, ninguno se acordó de dedicar una línea á estos dos séres ilustres: y quizás hay escondido en esto algun designio de la Providen= cia, pues no quiso que se viesen rodeados entre los hombres de lo que apetecen los mundanos , y los hace recomendables á los hombres enla tierra , que son las riquezas y los honores vanos. Pero en medio de la oscuridad, á que el mundo condena á los que no aparecen en él con el' brillo del fausto terreno, hay una voz sublime y elocuente, que anuncia de Joaquin y Ana, glorias verdaderamente divinas; sólo el contemplarlos prodigando cariños paternales á la niña Maria , será bastante para demostrar, que valen estos dos ancianos delante de Dios , más que cien generaciones. Desde Abrahan hasta Joaquin y Ana han pasado veinte siglos. ¡Cuántos capitanes y guerreros ilus- tres, cuántos reyes y príncipes prudentes y sabios, cuántos Patriarcas y Profetassantos, y cuántos varones heróicos ha habido en una fami- lia, que ha ocupado un trono fundado por el mismo Dios y gobernado un pueblo que no tenía más nombre que el de Pueblo de Dios! Entre tanto Joaquin y Ana son los que cierran la serie de tanta grandeza, y no son conocidos; son los que heredan 4 Abrahan y á David, y léjos de poseer riquezas y honores, viven confundidos entre la Infima plebe. Mas el fruto de su vientre anunciará quién es esta Madre feliz, quién este Padre venturoso. Esa Niña dirá que todos aquellos hombres, grandes en los anales del mundo, han existido, para que existieran algun dia Joaquin y Ana; ellos fueron grandes y heroicos en defender la familia escogida, para que no faltase jamás un vástago en ella, y se conservara hasta que viniesen al mundo Joaquin y Ana, que prepararian el templo vivo donde habitaría Dios, y darían vida á la que abría la era de la gracia. Asi, cuando Dios saca 4 David de entre los rebaños y lo ele- va á las gradas del trono, cuando confirma el reino á Salomon, cuan- do amonesta 4 Ezequías, cuando corrige á Manasés, cuando arroja del solio 4 Sedecías y lo precipita en las cadenas y en el destierro, siempre tiene presentes sus designios de engrandecer la familia, que ha de engendrar á Joaquin y Ana: de corregirla y enseñarla, y de prepararla en las adversidades , en la pobreza y €n la oscuridad, á que, sin tener el brillo de sus abuelos , ni poseer sus riquezas, CON- serve sin embargo los derechos adquiridos, y los transmita al que cie- l A ¡ Ni A

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