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215 za de Dios, que los ha hecho semejantes á todos en la forma , y de- semejantes en los rasgos peculiares de sus facciones , pero todos ap- tos para reproducir con rasgos sensibles las operaciones espirituales del alma. Puestos estos preliminares , y teniendo que hablar del cuer- po de la Virgen, desde ahora debemos decir y decimos , que es la mujer más hermosa que ha habido en el mundo, no habiendo ni pu— diendo haber otra. que la iguale , y mucho ménos que la supere. Y muévennos á decirlo así tres razones de conveniencia , de las cuales dos están en armonía con la naturaleza de las cosas humanas, y Otra con el órden de las cosas divinas, que obrá en ella el Todopode- roso (1). «El cuerpo de la Bienaventurada Virgen, dice un teólogo emi- nente, fué perfectísimo en su especie y Sexo , Como lo enseñan los Santos Padres que han escrito de ella : y esto no podría negarse, sio incurrir en la mayor temeridad , siendo asi que no hay autoridad ó razon que obste á ello , y conviniendo además que fuese así por moti- vo tan particular como es el misterio de la Encarnacion, Y en primer lagar , porque tenía que formarse de su cuerpo el del Hijo de Dios, debiendo haberse encargado la Providencia divina de ordenar el me- dio al fin , y de preparar la materia apta para el efecto conducente; lo que se entiende que medió , y mucho más cuando la virtud divina, que trabajaba de un modo singular en esta obra , podia hacerlo faci- lisimamente ; y en segundo , porque convino que Cristo y la Virgen se pareciesen totalmente , no solo en las costumbres , sino tambien en la perfeccion de cuerpo (2). Quedan consignadas las dos razones, por que el cuerpo de la Virgen tenia que ser el más hermoso de todo el linaje humano, des- pues del de su Hijo ; á las cuales añadirémos la tercera , y es, por- que asi lo exigia tambien la mútua armonía que debían tener las dos sustáncias , de que se componía su sacratísima persona : porque, pre- ciso es decirlo, sólo aquella alma convenía á aquel cuerpo, y por consiguiente la perfeccion de éste había de estar en relacion comple- (4) "No podemos ménos de poner aquí las palabras con que Santo Tomás de Villanueva elogia la hermosura de la, Virgen. «Cual fuese la belleza de sus ojos , dice, y la hermosurade su rostro , que dejó pren- dado al Rey de los cielos , se deduce de o a heriste mi co- razon en una de tus miradas , hermana mia ( ant., cap. 4, v. 9); y como si este Rey divino herido no pudiese sufrir una mirada tan hermo- sa, luégo la dice: aparta tus ojos de má , porque me han hecho volar. (Cant. cap. 6, v.4,) ¡Volar! ¿De dónde volar? Del seno del. Padre al seno de la Virgen.» Serm. de Resurrect. (2) Suarez in 3, p., disput. 2 . sect. E:

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