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211 creacion : pero ahora es necesario examinar la diferencia que hay en- tre la gracia dada á los Santos y la que se dió á la Reina de todos: de cuyo exámen se deduce necesariamente , que el momento de la Con- cepcion inmaculada de la Vírgen es un misterio, que debemos creer, pero sin investigar el modo, pues sólo lo sabe el que criaba á la Vir- gen para que fuese su Madre. Cuando los Santos son purificados de la culpa original , lo son porque el Hijo de Dios quiere pagar á su Padre por cada uno de ellos el precio de su rescate , siendo este precio su sangre santísima. ¿Po- drá decirse que cada una de estas almas pagan á Dios la deuda que tienen con él, segun todo el rigor de la justicia conmutativa? En ver- dad nó , pues para que así fuese, era indispensable, que el precio con que se redimen de la esclavitud de la culpa , fuese propio de ellas mismas , que son las deudoras, y. no lo es : ese precio es del acreedor, que tiene la hondad inefable de haberlo ganado , para hacer donacion de él á los mismos deudores. Paganla deuda segun la ley de la justi- cia conmutativa, pero es porque Dios acepta los bienes de su propio Hijo hecho hombre , nó porque los esclavos del pecado tengan de donde echar mano para redimirse: el acreedor les da tesoros, para que compren con ellos su libertad. ¿Sucede acaso otro tanto con la Virgen en todas sus partes, y con todas esas condiciones? En ver- dad, hay en eso una gran diferencia entre la Vírgen y los Santos. Hemos visto que los Santos no han podido poner nada para pagar el precio de su rescate segun todo el rigor de la justicia conmutati- va; pero al tratar de la Virgen no podemos hablar así. Ella fué pre- servada de incurrir en la culpa en vista de los méritos del Hijo de Dios hecho hombre ,*méritos que adquirió por su preciosa sangre, derramada por amor de los hombres: y basta esto para decir que la Vírgen no es como los demas santos, porque si bien ella no dió los valores incalculables para la gracia de su santificación , dió la materia con que el Hijo de Dios los había de ganar. Véase como describe esta donacion de la Vírgen San Euquerio (1): «Cristo, dice, hecho de la carne de María , formado de sus entrañas , compuesto de su sustancia, ofreció su sangre , pero la ofreció habiéndola tomado de la sangre de su Madre.» Y ¿ qué podían darle los Santos, que no estuviese conta- minado? Fué el Señor viendo si habría algun valor en cada uno de ellos, y nada encontró ; teniendo que ponerlo él todo para redimirlos y santificarlos : pero vino á la Virgen ; «vino á la mesa de la Virgen, dice Santo Tomás de Villanueva (2), y de ella tomó dinero con abun- dancia, para dárselo al acreedor. Porque tomó la carne, para tener con qué pagar al Padre por el amigo , á quien había sacado de la (1) Homil. 4, de Nat. Dom. (2) Serm. 1, de Assumpt.
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