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197 las Potestades; tú apareciste más fuerte que las Virtudes; tú venciste en perspicacia á los Querubines ; tú volaste con más velocidad que los Serafines de seis alas; tú por fin has aventajado á todas las criaturas, porque has sido más pura y santa que todas ellas (1). Examínense ahora uno por uno todos los individuos de las jerar- quías santas , y tan pronto como intentamos comparar sus virtudes y gracias con las de la Virgen , desaparecen. «Nadie puede compararse con esta Virgen ; nó el hermosísimo coro de los Patriarcas , nó la reunion vaticinadora de los Profetas, nó el senado de los Apóstoles, nó el ejército vencedor de los mártires , ni ninguno de los Padres an- tiguos ó modernos puede compararse con esta Virgen. Así es, que no hay que admirarse de que no quepa en el lenguaje humano el elo- gio de está Virgen inefable.» Con estas palabras explica San Pedro Damiano lo que es la Virgen comparada con los hombres (2) ; y nos- otros continuarémos, diciendo con el Crisóstomo : «que la Virgen es el gran portento del mundo : porque nada hay mayor ni más sublime que ella en todo el mundo : nadie sino ella llena el mundo con su am- plitud. ¿Qué cosa hay más santa que ella? Nó los Profetas , nó los Mártires , nó los Patriarcas , nó los Tronos, nó las Dominaciones , nó los Querubines, nó los Serafines , nó por fin cosa alguna puede ha- llarse entre las criaturas visibles é invisibles que sea más santo, más noble , ó más excelente que esta sola criatura (3). Donde únicamente puede estar la Vírgen en término comparativo es junto á su Hijo: allí resplandece el Hijo y brilla la Madre , y á pesar de ser aquél el resplandor de la gloria del Padre, todavía se ven los resplandores de la santidad de ésta. Y ¿de dónde le viene á la Vír- gen esta excelencia ? De que el Hijo de Dios se dignó hacerse seme- jante á ella segun la naturaleza humana , que tomó de ella ; porque, así como ella le daba cuanto tenia del sér de hombre, así El le dió á ella cuanto la pudo dar del sér de Dios (4). Así, esa Vírgen es el tér- mino medio entre Dios y los ángeles y los hombres : dista ella de Dios infinitamente de una manera positiva, porque es criatura ; pero distan de ella los Angeles y los hombres de un modo infinito, porque todos ellos juntos podrán formar un acervo de gracias y méritos, cuya (1) Serm. de Annuntiat., núm. XVII, (2) Serm. 3, in Nativit. Deipar. | Div. Chrysostom. apud Metaphrast. El sapientísimo teólogo Suarez hace aquí una observacion muy no- table, diciendo que el Crisóstomo no exceptua á nadie, ora se compa- re á la Virgen con cada uno de los Santos , 6 con todos*juntos. (ln p. 3, Dir 418, lect. 4.) (4) El sabio Ricardo de San Lorenzo aplica á Cristo y su Madre las pa- labras de Oseas, que dice, que Israel és una vid frondosa, cuyo fruto es igual á ella (cap. 10, v. 1); afirmando en seguida 3 esta vid es la Vír- gen y el fruto su Hijo Jesus. (Lib.de laudib. B. V. M.)
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