BCCPAM000542-2-34000000000000
154 y muerte temporal en esta vida, y en la otra á ser relegados para 2mpre de su presencia en el e ielo. La diferencia 4 primera vista apa- reece, no sólo grande, sino de proporciones incalculables en el órden moral, así como en el de las cosas. Y sin embargo, la Virgen, que es un individuo de la especie humana, ra y envilecida por la culpa, es mucho, mayor que los espíritus en perfeccion,y y los deja atrás a todos, no pudiéndose parangonar con ella ni áun los más en— cumbrados , es decir, los que más sé acercan al trono de Dios. Esta excelencia de la Virgen sobre los ángeles empezó con el pri- mer instante de su vida, y fué en ella como una cosa aneja á su modo de ser, por haberse diferenciado el modo de su santificacion de la de los ángeles de una manera sorprendente. A todo lo que constituye á la Virgen en su sér de pura criatura, ha precedido un decreto regula- dor de su existencia y perfecciones: pero, cada uno de estos decretos era, 6 una exencion de las leyes á que están sometidas las criaturas ménos perfectas, para que ella fuese perfecta, ó una elevacion sobre las que eran perfectas en su clase, para que Maria fuese perfectísima. Esta Virgen se encontraba en relacion con dos naturalezas , como la tenemos todos los que pertenecemos al gran árbol de la humana: teniendo un alma espiritual, inteligente , racional é inmortal, hay en ella una: asimilación con la naturaleza angélica ; mas, teniendo esta álma unida á un cuerpo, que esta alma misma vivifica con su inherente vitalidad , rige con su racionalidad , y ha de conservar para siempre con su inmortalidad; de ahí es, que ha superado desde el primer momento á la: naturaleza perfecta, á los espíritus completos, Ú l 1ales son los ángeles, siendo éstos perfectos y ella perfectísima, y ambien á la humana , siendo ésta imperfecta en todos sus indi ividuos, pero pertecta y cumplida en la Vírgen. Es decir, que si se pone á la Virgen con relacion á los hombres, aparece tan perfecta , que no se ve en ella, ni la más leve sombra de imperfeccion : mas, si la colo—= camos junto á los ángeles , se deja ver perfectísima , y dejándolos 4 todos , ángeles y hombres, tan atrás, que más bien puede decirse que ellos desaparecen del cuadro comparativo , quedando sola la Virgen como queda solo en el firmamento el sol, por haberse ocultado los astros al aparecer él en la bóveda celestial: contraigámonos á los án- geles. Sabido es el modo como los ángeles fueron criados, y cómo fue- ron confirmados en gracia , recibiendo el don de la impecabilidad. Hemos visto ya.lo que hace en ellos la naturaleza y lo que les da la gracia ((1); pero no podemos ménos de repetir lo que hablando de ellos afirma San Agustin (2). «Se ha de creer , dice , que los ángeles no (1) Lib. 4,8. 1. (2) Lib. 12 de Civitat. Dei, cap. 9
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz