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74 Hijo de Dios (1). Infundióla la humildad más profunda , la caridad más ardiente, el amor de la pureza más acendrado, una fe viva, una esperanza cierta, la pradencia para discernir, la templanza para go- bernarse, la justicia para dar 4 cada uno lo que le compete, y la for- taleza para no sucumbir , ni por el peso de los bienes, ni por la mole de los males. Si no hubiera sido esto así, ¿como hubiera podido, ni 4un si quiera vivir, una Virgen tierna quese vió sublimada' instantánea- mente á un punto de gloria inefable , cual era el de ser Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa de Dios Espiritu Santo? ¿Qué en- tendimiento criado puede , no ya comprender, pero ni siguiera ras- trear., lo que pasaría: porel alma dela Virgen; cuando el Espíritu Santo entró en-su seno castísimo, y por una accion real formó de su sangre purísima el cuerpo del Hijo de Dios, y ésta:se unió hipostática- mente á- nuestra naturaleza? ¿Qué elevación de alma no habría, cuan= do el cuerpo de la misma Vírgen era realmente un cielo, donde Dios vivía, y un trono donde reposaba? Sin: duda tuvo entónces el alma de la Virgen el éxtasis más sublime , que ha tenido alma: alguna estando viajando todavía por este valle de lágrimas, y entró en un deliquio de amor tan intenso, que no habría podido sobrevivir, 4 no ser porque lo producía el que:es la viday el sosten de las almas. Pero para que la Vírgen llevase sobre siun peso de grandezas tan inmenso , su Es= poso la sostuvo yla confortó , haciendo con María de un modo inefa- ble , lo que el esposo tierno hace con su esposa, al verla caida en deliquio vehemente de amor, ó en desmayo de pena y dolor (2). (1)... Los santos Padres, con una sencillez elocuente, nos pintan los excesos de amor del Espiritu Santo para con su esposa. San Pedro Da- mian la considera aún en la mente divina, y dice así: Estando elegida y predestinada por Dios, se la había de arrebatar: toda para el Espíritu Santo. y la había de adornar con preseas celestiales. (Serm. de Assump- tion.) San Bernardino de Sena se representa al Espíritu Santo , esperan- do á que la Vírgen viniese al mundo, y dice así: Salió al encuentro á la Virgen gloriosa, reconociéndola como al objeto de su amor y la oficinade la operacion estupenda, en la cual y dela cual había de fabricar el cuer- po purisimo del Hijo de Dios, (Tom. 3; serm..14.v.2.cap. 3.) (2) En el sagrado libro de los Cantares se nos describe la seguridad con que la esposa descansa en los brazos de su esposo, arrojándose en ellos con toda confianza: Su mano izquierda, dice aquélla, me sostendrá la cabeza y su derecha me abrazará. Esta alma representada en esta es- posa, conoce que por sus propias fuerzas.mo ha de poder sostener: el pe- so infinito de amor de su Esposo divino: mas no. teme desfallecer, por- que sabe que éste la ha de sostener en. sus brazos ,reclinándola sobre $1 MISMO , teniendola abrazada con Ja mano derecha, y sosteniendo su cabeza con la izquierda, al paso que la inspira nuevo aliento con óscu- los de amor inocente y santo. No parece sino que en esta escena está delineado el momento inefable de la encarnacion del Verbo en el seno