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19 suya, teniendo una sola voluntad con él, é identificándose en el ohje— to y fin que el mismo Espíritu Santo se proponía. ¿Qué deseo tiene el Espíritu Santo, cuando el arcángel está de- clarando á la Virgen los decretos celestiales? Que llegue el instante que él mismo ha señalado, para formar de la sangre virginal de la hija de David el cuerpo del Hijo de Dios; que esa Virgen se conserve siem- pre virgen, siendo la Madre del Hijo de Dios, y que este Dios se dejo ver entre los hombres para enseñarlos y redimirlos. Y ¿qué deseo tie- me la misma Virgen tan pronto como el ángel la ha asegurado que, no por obra de varon, sino por operacion sobrenatural del Espíritu Sánto, va 4 concebir al Hijo de Dios, quedando virgen incorrupta? Que ese Hijo de'Dios baje cuanto ántes del cielo, para que dé á su Padre la gloria que los hombres han dado á las criaturas , redima al hombre y lo libre de la culpa , y el Espiritu Santo venga á habitar en 6l. H6 aquí la unidad de pensamiento, la unidad de objeto, la unidad de fin en el: Espiritu Santo y en la Virgen. Pero ¡cosa singular! El Esposo es eterno, inmenso 6 infinito, preeediendo por consiguiente á la Esposa por su esencia, por'su omnipotencia y por sus atributos di- vinos , precediéndola tanto como precede el Criador á Ja criatura: y sin embargo, para que se cumpla su desposorio con la Virgen, tiene él dispuesto en sus consejos divinos, que ésta sea invitada al desposo- rio, y que proponga sus dudas y dificultades sobre la maternidad, que reciba explicaciones, y por fin, que ella diga hágase; para quo una vez pronunciada esta palabra, éntre el Esposo divino en su seno virginal , y obre con su virtud el mayor portento que ha hecho el bra- zo del Omnipotente. Decir María hágase , formar el Espíritu Santo el cuerpo sacratisimo de su Hijo, y criar de la nada el alma é infundirla en el enérpo, y hacerse hombre el Verbo divino, fué todo instantá - neo. Solo habo dos instantes: hágase en mé segun tu palabra, fué el primero : el Verbo se hizo carne, fué el segundo : aquél fué el con- sentimiento para” el desposorio de la Virgen con el Espíritu Santo ; éste la ejecucion. Este momento fué el más admirable que ha habido en la serie de los tiempos , por loque respecta á la Virgen ; y es necesario creer que para llegar 4 6l, y soportar el peso inmenso de grandeza y 'dig- nidad que gravitó sobre ella, fué necesario que” su Esposo divino la preparase , la confortase y la sostuviese. El Espíritu Santo hizo con la Virgen lo mismo que el casto esposo hace con aquella con quien intenta unirse para siempre, pues ántes do tomarla por esposa , la colma de regalos, la obsequia con cariños inocentes y procura com- placerla en todo, preparándole las arras, la dote, los ornatos , la morada y las comodidades de la vida. Adornóla, desde el primer ins- tante de su sér, de todas las virtudes , y se la arrebató para sí, re- conociendo en ella aquella oficina en la'cual formaría el cuerpo del

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