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159 ilumina. Y:en realidad, María es la única que puede decir al Hijo de Dios estas palabras: Tú eres mi Hijo, y yo: le-engendré hoy (1). La diferencia por lo: mismo entre la Virgen y los demas santos es intini= ta, y no podemos explicarla de mejor modo , que poniendo aqui lite— ralmente el siguiente razonamiento que formó el gran Alberto. «En- tre:el Hijo de Dios y su Madre, dice este sabio, se da union sustan- cial; mas entre el Padre Eterno y los hijos adoptivos, no hay sino una participacionaccidental. Entre ser Hijo de Dios por naturaleza y ser Dios . y ser Hijo de Dios por adopcion y no ser Dios, 'el medio es ser Madre de Dios por naturaleza y no ser Dios , por consiguiente, lo' primero: que hay despues de Dios, es ser Madre de Dios (2). Cuando llamamos á María , Hija de Dios Padre, no queremos de- cir tan sólo que es la criatura racional, en quien se vedelineada con más perfeccion la imágen de Dios por las virtudes; bajo este concep- to, todos los que siguen las huellas de Jesucristo , son Iijos. de Dios, pues aquél nos dice á todos que seamos perfectos , puesto que nues- tro Padre celestial .es perfecto (3). Mirada la filiaeion en esta fase, Maria es la Hija de Dios por excelencia: porque su pureza es mayor que la de los ángeles, en su fe excede á los patriarcas, en su saber á los profetas, en su celo á los apóstoles, en su paciencia á los mártires, en su sobriedad á los confesores, y en su inocencia y humildad á las virgenes. Pero no:es ésta sola la razon, porque la Iglesia santa llama á María, Hija de Dios Padre : esto en verdad elevaría á Maria Imu= chos yrados sobre los ángeles y muchísimos sobre los hombres; pero no la distinguiría de ellos en el modo singular de la filiacion; sería hija de Dios , porque fué redimida con la sangre de su Hijo y adop- tada en él como' lo son los demas hombres , y lo sería de un modo especial y único, pues fué preservada de caer en pecado y de contraer la más ligera sombra de culpa, privilegio de filiación que sólo 4 Ma— ría fné concedido. De cualquier modo que contemplemos á María , verémos siempre 4 la Hija querida, en quien Dios Padre será alabado siempre , porque essel trásunto más perfecto de sus virtudes entre las criaturas, á la Hija escogida entre todas, para ser la pura, la inmaculada , la palo- ma; la sin mancilla por haberla prevenido Dios en sus bendiciones de dulzura y haber coronado su frente con rica diadema de gloria; pero en esta filiacion han participado todos los predestinados, aunque sea de otró modo y con medida más escasa. Ellos son todos hijos de Dios, porque por los méritos de su Hijo los purifica del pecado , y de es- clavos de la culpa los hace sus hijos , dándoles la libertad que tienen (1) B.Petr. Canis., lib. 2 Deipar. (2) B. Alb. Magn., super Missus est, cap. 180, (3) Matth., cap. 5, v. 48.
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