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158 te , en el cual, por un acto purísimo, cer is indivisible. é ¡in- mutable, el Padree ngendra á su Hijo Dios, la Virgen Maria lo en= gendra tambien en su seno Dios y hombre, y ese Hijo de Dios era desde entónces Hijo de María, empezando ésta á ser tambien desde entónces hija de Dios Padre Pero lo más admirable es', que la Virgen es sublimada á esta filiacion , sin que por esó pase un solo grado de su condicion como criatura , y sin que haya en ella más filiacion respecto de Dios que: la que resulta de la.«adopeion: en su mismo Hijo, asícomo todos los que somos redimidos por él, somos hijos adoptivos de su Padre. Sin em— bargo , hay en María una dignidad y una prerogativa que sólo ella tiene , iy nadie sino 'ella puede poseer. Todos hemos sido adoptados por hijos de Dios: en sn propio Hijo, como dice San Pablo (1):; pero lo hemos sido, por cuanto este mismo Hijo se hizo Hijo de Maria. En la adopcion de María hay un grado de eleyacion á Dios, que la distin gue de todos los demas hijos de Adan, como un Rey distingue en su afecto á la doncella, á quien escoge de entre varias hijas de una fa-= milia, para esposa del heredero de su troño: ese Rey ama á la espo- sa de su hijo, como á un objeto que le. pertenece, la ama á ella por, ella, por tener adquirida con ella una cognacion natural; pero no ama así 4 las hermanas de la esposa de su hijo, pues no ha contrai- do cón ellas relacion alguna, que forme inmediatamente vínculos de familia entre ellas y él; las amará, pero. no las amará 4 ellas por ellas, sino por amor de su hija , porque la pertenecen y son sus. her- manas. La diferencia de ser madre á ser sierva de Dios es infinita ¿como dice el Damasceno (2), y salta ésta á la vista, cuando uno contem= pla con atencion aquellas dos generaciones, la eterna. y la temporal, del Hijo de Dios. El Padre lo engendra eternamente , y eternamente le está diciendo estas palabras: Tú eres mi Hijo amado, te engendré hoy (3). ¿Podrá acaso llegar un instante, en el cual una. eriatura tenga derecho á tomar parte en este coloquio del Padre con su Hijo? Si alguna tomare con verdad estas palabras en sus labios, ha de tener una comunicacion tan intima y familiar con el Padre , que: la distinga de todas las erjaturas, como se distingue el sol de los planetas que él hablar de ellas sino balbuceando, La persona divina es infinita 1, no sólo en su esencia, sino en su subsistencia , Ó6 en la terminacion di li ' natu- raleza divina en su personalidad: es decir, que la infinidad divi , si se refiereá la naturaleza, constituye un sér infinito. tna causa intini- ta, y cuya virtud es tambien infinita. (Cajetan. in 3 p., quieest. 3, ar- tic ulo 7. ) No era por tanto posible que hubiese personalidad humana, la cual es limitada, cuando venía la persona divina que es infinita. (1 Roman... cap. 8, v. 13. ) Orat, de Dormition. Deip. (3) Psalm., cap, 2, v.7. Ñ

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