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150 para mantenerse, aparece revestida de una dignidad nueva y singular, cual es el ser la Madre del Mesias, la Madre del Hijo de Dios. Compréndese por tanto porqué la simple. enunciacion de esta Virgen portentosa de Isaías, de esta gran mujer de Jeremías, y cuya descripcion hizo David, así como la de su hijo, en varios salmos, llama la atencion de cuantos la oyen nombrar. Desde luego basta saber. que es Madre de Dios , para comprender que pertenece á la casa de Dins, y forma con Dios lo que nosotros llamamos la: familia Íntima de casa, la familia que comprende tan sólo al padre, á la madre, al hijo. Pero hay que internarse todavía más en el conocimiento de la casa de Dios, para saber hasta qué punto llega la intimidad de Maria con la Divinidad. Las relaciones de maternidad y filiacion entre Dios y María son por:su naturaleza inefables , por- no poder el entendi- miento humano comprender cómo Dios, que es inmenso, eterno é:in= finito , se circunscribe al cuerpo que toma , se sujeta á las modifica= ciones del tiempo, y se hace limitado, pasible y mortal en:la natura-= leza: humana , sin perder ni un solo ápice dela naturaleza divina. Crece sin embargo lo inmenso é inefable de la maternidad divina, cuando sé sabe por la revelacion, que ese Dios, áquien Maria en- gendra en su casto y virginal seno, tiene un Padre que lo engendra desde la eternidad, dándole en esta generacion. su esencia y natura- leza, y engendrándolo Dios verdadero, sin que por eso sean dos Dio- ses, el Padre y el Hijo. Y como siendo una la esencia del Padre y el Hijo, no es posible que aquél engendre á éste, sin que se multipli- quen las personas, de ahi es que la Virgen, en la relacion de mater= nidad que tiene con la naturaleza divina, no se relaciona de un mismo modo con las dos personas divinas; porque si bien el Padre es Dios y el Hijo tambien, ella no es en confuso Madre de Dios , sino precisa= mente Madre del Hijo de Dios, el cual es Dios; de donde: resulta aquella gloria y prerogativa de la Virgen, que San Bernardo llama singnlar , y es el haber merecido tener por Hijo al mismo que es Hijo del Eterno Padre (1). Kn consecuencia , esta excelencia singular de la Virgen entraña una relacion intima y directa con el Padre, pues desde que éste le da á su propio Hijo, María sale de todos los rangos y de todas las jerarquías de las criaturas, y empieza 4 ser lo que nadie sino ella puede ser. María entra de pleno 4 ser un individuo de la familia íntima del mismo: Dios, contrayendo relaciones con Dios Hijo, por engendrarlo en el tiempo, y con Dios Padre, porque éste engendra á ese mismo Hijo desde la eternidad. Están tan entrelazados y ligados los misterios de la maternidad di- vina , que no puede existir uno, sin que existan otros que són corre= (1) Div. Bernard., Serm. 2 de Annuntiat.

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