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- que destruyeran su vida, por salvar la del que la daba 4 su corazon! Hasta qué punto llega este amor de Maria hacia su ' Hijo, no es dable comprenderlo, porque tropezamos al mo- - mento con Ja inmensidad de Dios; pero el saber cémo se ha formado entre Dios y Maria esta relacion de amor y por qué ' medios se comunica 4 Maria, es un asunto que bien exami- nado produce en nosotros no solo la admiracion sino la ter- nura extdtica. Dios ama 4 Maria no solo con su razon eter- na, sino con él sentimiento del corazon que tanto ennoblece — al que lo tiene, porque Dios es Hijo de Maria. Es este asunto, de suyo tan sublime, que al tratarlo se ~ giente el espiritti como anonadado bajo el peso de tanta dig- ~nacion de Dios: mas, no por eso dejaremos de desentrafiar esta materia, de tanta: importancia para el hombre. Hay ademas una biases que nos da valor,y es el saber q ‘ ue cuando la maternidad aivina de Maria es Gentine on humildad, halla el entendimiento una luz tan pura y vivificadora, que - Jo eleva 4 una region, donde, por decirlo asi, no se respira mas ambiente, que el de los Querubines. Es cierto que Dios nos ama 4 todos con un amor eterno é infinito, porque so- mos la hechura de sus manos y la imagen de su naturaleza; nos ama como _huestro padre celestial, y nos saca de la Fae: amor benético de Di 3: pero, ae as las 0 racionales, ‘Maria es la mas aventajadae his Dios la ve «en su » ~ divina esericia y la ama como 4 Hija, como & Madre Y como a Esposa.— Pero Dios que tenia decretada la encarnacion de’su Hijo, habia tambien determinado pasar por todas las fases de la vida humana, em/pezando 4 existir en el seno de su Madre, trasladandose de ahi 4 sus brazos, suspendiéndose 4 su seno, 4 Isai. cap. 49, v. 15.
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