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81 _rojéndose estos con ansia en la sima mortifera del amor de lo puramente sensible y material, que se les presexitebe por Paget if THO _Elevar pues el semtimiento ‘ahtnldiaad en la odneipli- “cencia, hasta colocarlo en el verdadero punto de su accion, dirigirlo hacia las bellezasinfinitas,y proporcionarle una sa- tisfaccion completa, era lo que Dios intentaba, cuando pro- metié al homBre decaido la existencia de uta muger, en _quienel cieloy la tierra tuviesen una reina, y Dios y los hombres . una Madre. Y es preciso conocerlo y confesarlo, alabando los designios de la sabiduria divina; Dios al decre- tar la encarnacion de su Hijo, agoté los recursos de su om- nipotencia , dando un paso, en el cual él mismo se puso un limite del cual no puede pasar. Se did 4 si mismo una Madre, mediante cuya: operacion el eterno se hizo ‘temporal , ‘a infi- nito limitado , el inmortal mortal, el por fin se hizo hombre. ai eel On vatdgumise cia} ¥ Bivatat he aA Una agregacion de tantas denominaciones como sobre- vienen & la naturaleza divina unida 4 la humana, demues- tra visiblemente que empezaba en la encarnacion wna co- municacion intima de Dios con los hombres. El fin de esta - union era no solo la redencion del hombre, sino tambien su perfeccion-anarahy la elevacion de sus s ideas hasta el mismo do los sentimien faded voneciel I amor ¥ te ~ nura, se forma entre Dios 'y la ctusneguasineervaet lo de oro que sin violencia ni coaccion liga al cielo con la tierra, y hace de Dios y los hombres una gran familia, en la cual los intereses son mutuos, ys Telacionas naturales y el carifio reciproco. . «> _» Desde, luego. debemos confesar que Dios que es: infinite mente sabio, tenia muchos medios desconocidos de nuestro entendimiento para levantar al hombre caido: pero.fuesen aquellos los que fuesen, escogiéd aquel que era mas andlo- go 4 la naturaleza: del hombre, aquel donde abundan los ‘ TOMO {II. 6