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F mH gelista dice del Verbo: nada de lo hecho se hizo sin él; y asj tambien diré, nada de lo rehecho 6 reparado se ha reparado sin la Virgen.» ‘ Y esto mismo habia afirmado San Pedro Damiano con éstas palabras notabilisimas. «Por la Virgen, con la Virgen, y en la Virgen se decreta hacer todo esto: para que, asi como nada se hizo sin él (el ee ‘aR tam~ poco nada se'restaure sin ella.» * pobphip tse - Como una consecuencia inmediata de esta fe: dé los Pa- dres de la Iglesia, la cual’no es masque la fede toda la misma Iglesia, la Virgen ha sido llamada siempre Madre, absolutamente Madre *, y le ha’pedido la Iglesia con fe y confianza todo lo que un hijo puede pedir 41a que lo en- gendré. Sirvannos de testimonio irrecusablede la fe de la Iglesia, y de modelo que debemos seguir, las palabras de 1 De Excell. ‘Virg., cap. AL. i 2 Serm. de Assumpt. 5 Para dar wha “idea de cémo han ai ital fa maternidad espiritual de la Virgen los sdbios de la Iglesia catdlica, siguiendo siempre la ensenan- sida seeedotes: onemgs ‘aqni: ep eneeses = lo contir- ee Orieoe os alk 0 ‘de San’ Lorene; nue dice asi. pa Madre dé Cristo }por i abateak es Madre del pueblo cristiano por gracia. (lib. 2, de-Laudib. ‘Virgin., Gap: 74) lo que explica de este modo: »si bien Ia Virgen no engendr6é corporalmenie mas que un hijo, que fué su tnico hijo, se hizo sin embargo espiritualmente en 61 madre de una gran mu- chedumbre de hijos, cuyo primégenito es, Cristo. De donde se dice en el » Eclesidstico (cap. 36): Israel, 4 quien has igualado con tu primégenito, es decir con Cristo. ‘Ast como Eva fué Hamada madre de todos los vivientes en lanaturaleza, =a Madre oa wd = viven’ en _ gracia.» rt 6, Cap. 39.) &) ; ht Si La segunda es, del ‘Abad, Guillermo,. qnien poteienta aquellas pile del Cantar de los cantares, en tas cuales el Esposo alaba los dos. pechos, de su esposa, es decir, los dos amores, el] de Dios y el del prdjimo, apli- can esas palabras’ la Virgen, y dice asf: «son esos tus'pechios, como dos cervatillos mellizos. (Cant. cap. 4.) Porque al instante qué engendré cor- poralmente al gran cervatillo, es decir, 4 Cristo, adopté en la generacion espiritual dos ceryatillos: 4 saber, los miembros tenues y débiles-de ambos: sexos del cuerpo mistico de Cristo, pues se hizo madre espiritual de todos ellos. Por la misma razon que con¢ibié en carne 4 nuestra cabeza, s¢ en- cargéde alimentar 4 los miembros con la leche de la piedad.» (Gulicim. Abb. in Gant.)
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