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if - ger, ese es tu hijo. «Mulier, ecce filius” tuus;» y “dirigiéndose F este hombre afortunado «esa es, le dite tambien, esa es tu Madre. «Ecce Mater tua.» ‘ Palabras sublimes, que son el com> plemento: de las obras del amor divino, y ponen el sello 4 cuanto el Hijo de Dios tenia que hacer entre los hombres. No.aan J esucristo 4 los derechos que tiene como Hijo al corazon de aa ‘Madre, pero advertidamente’ y con ‘sin- gular providencia, al hablarla por la ultima vez, le da el tra- tamiento que conven nia & la Madre de todos los vivientes por la fe, para agre garrast ‘Persona & todos los hombres en una fraternidad eterna *, yeny ‘Lo que |entrafia esta ‘Ultima bi alabra de Foti ti thinon! 808 Sa que emanan de ella, no es asunto que puedan os hombres, pore eaoe ‘hay en ellos suficiencia uulo de amor que une aJesus con separarlos. sus la Hestadt' mayor ‘que existe dubgues de ‘la divinidad. El Verbo eterno, explendor de la gloria dél Padre y copia ‘natural de: su sustancia, estd unido 4 Maria én la naturaleza humana con el mis mo lazo de filiacion que lo ata 4 su Padre en la pig Be acerca al ay de Cha con la misma vineula @s tambien étertio' inmienio 6 ‘in amor s e | de por pa tele radi todos ombres, excluir an toto’ 'y necesariamente nha et pert Madre abarca & todos los descendientes de Adan, porque todos ~ son los hermanos de su Hijo. No se excluye ni al traidor’ Ju- das, ni al discipulo cobarde, ni al sayon inhumano, ‘ni al soldado cruel. Con tal que sé acuérden de que’ tiénen en Maria una Madre, y vuelvan 4 ella su mirada y pidan perdon, { Joann. cap. 19, v. 26. 2 Div. Ambros. de institut. Virgin., cap*7, a tees n ¢ RO Hs i Ba ey z SE: i iad Nae ee eecet eee ec ane ae ee 1 REE ee: arom ee a ek aos —_—- - i.

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