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64 neva, para que, quedando la idea intacta é integra en su naturaleza y viviendo en el santuario de nuestra alma, Ile- gue 4 los oidos del que escucha nuestra palabra,y ejerza un imperio pacifico sobre él y vaya 4 imprimirse en su corazon, asi tambien se nos ha manifestado Dios en la Encarnacion. El Verbo divino, en quien estan encerrados todos los tesoros de la sabiduria del Padre, va 4 tener nuestro lengudje, y con él nos-va 4 poner en conocimiento de sus secretos, nog va 4 volver sensibles en cierto modo ‘Tas ideas divinas, tras- mitiéndolas 4 nuestro entendimiento por’ medio’ de la pala- bra. Asi, aqnel que habia hablado de mil modos y maneras 4 los Patriarcas por santa inspiracion *, y esté hablando sin cesar por la hermosura de los cielos, ‘y'por’él érden admira- ble de la naturaleza, viene ahora 4 expresarse con nuestro propio acento, y 4 decirnos en lenguaje human que su Pa- ~ dre hablaba con él desde la eternidad palabras de paz para los hombres, y que esas mismas palabras hablé al’ principio de las cosas, las mismas que ahora quiere confirmar con sus hechos. Comparemos los tiempos primeros con los Ultimos, el lugar donde estaba el arbol primero de la vida, con aquel en donde cumplia Dios ‘sus promesas, hechas hacia cuatro mil afios, y tendremos la conviccion de que la Virgen estuvo en una y otra parte, alli prometida y aqui en realidad. Las palabras de su Hijo nos lo han de decir. §. 1. fh fit BE Oh ss et “— cita tuvo aires en la tierra, al poco de haberpie criado al hombre: hubo tambien wna retinion dé personas compuestas de los séres mas nobles de la creacion, y presi- dida por el mismo Criador: cada uno de esos séres creados tenia una gran representacion moral y significaba muchas cosas, y hasta él parajé donde estaban y algunos dé los ob- | 4 Hebr. cap, 1, v. 1.
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