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62 milde; bien sabe Dios que mi corazon le pertenece con todos mis afectos, aspiraciones y deseos: yo me tenia por muy di- chosa; con solo poder emplearme: en obsequio de: ese nifio celestial, que debia venir al mundo para salvarlo: pero, pues- to que se ha dignado poner los-ojos en la bajeza de su sierva y escogerme para madre suya, aunque no me considero dig- - na de tanta honra, me conformo porque soy.,su esclawa, Yo daré 4 ese nifo cuanto tengo y cuanto soy: yo me contaré por feliz en alimentarlo, en acariciarlo, en proveerle de cuanto una madre debe dar 4 un hijo y una esclava 4 su _ Sefor. Yo sé. que soy una criatura pobre y abyecta que nada vale; yo sé que él es feliz en st mismo, y nada puede recibir de nosotros, que no sea un don suyo. Pero, él en su mise- _ ricordia infinita quiere hacerse hombre, y llevar sobre si los trabajos de esta vida mortal; él quiere hacerse nifio, tener frio, y sufrir, y yo le tengo tanto amor, que si pudiera suce- der, aun aumentaria su felicidad infinita. Decid pues al Se- flor, 6 angel, que mi alma y corazon son suyos: yo le daré el sér que apetece en mi seno, lo alimentaré.4 mis pechos - siendo nifio, lo acompafaré en su peregrinacion, y moriré tambien con él y por él, porque soy su esclava, _ Desde este momento la Virgen era Madre de Dios, y’lo unaata 4 amar como las demas madres aman 4 sus hijos. ¥ ycémo aman las madres 4 sus hijos? Con un amor que solo ellas son capaces de'tener, el cual por grande que sea, es amor limitado, por salir de un corazon que tiene limites. Pero el amor de la Virgenes infinitamente mayor que el de todas las madres, ora porque-sale del corazon de la Madre de Dios, ora porque tiene por término el corazon del mismo Dios. Sobre este amor hay que hacer dos preguntas jtendra fin el amor de esta Madre? No. ;Necesitard siempre su Hijo de sus cuidados y de las ternuras de ese amor? No. Y en ese caso jpara quién serd ese amor? Para quién sus cuidados? {Para quién sus ternuras? Para los que teman 4 Dios, para los predestinados, porque todos.son hijos de la Virgen, he- rederos de Dios y coherederos de Cristo. iDichosos hombres, que son amados por el corazon que no Conoce limites, ni en amar, ni en favorecer 4 los amados!

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