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age 50 los intentos de su corazon malvyado: pero Dios manifesté la fuerza de su brazo omnipotente y destruy6 los designios del corazon de los soberbios; y ora sean estos Lucifer y sus an- geles malos, quienes se empefaron al principio en destruir las obras de Dios, ora sean los que en todos tiempos han de tener la desdicha de imitarle en sus malvados intentos, el Sefior extenderd su brazo y los confundira, y no les ‘dejara alcanzar los designios que tengan fraguados contra los esco- gidos de Dios '. En este sencillisimo razonamiento descubre la Virgen la ciencia sublime que posee de la naturaleza, divina, y un co- ise tas f nocimiento profundo de lo que son las criaturas, pues por aventajadas que sean en sus dones naturales, ninguna pue- de llegar 4 comprender los caminos del Sefior. ;Qué importa, quiere decir Maria, que Lucifer envidioso se empefiase en condenar al hombre 4 sus tormentos, arrastrandolo 4 su apostasia? El habia visto lo que Dios habia hecho para hon- rarlo y hacerlo feliz para siempre, y crela en su orgullo que su i cia no podia mas; pero no tenia bastantes lu- peenlarars 2 eceoaee era de angel, para poder penetrar con, ellas ne -explendoroso santuario de la mente de Dios, pues habita entre luces inaccesibles 4 la criatura, y tiene secretos inefables, que no descubre 4 los orgullosos, sino 4 los humildes: as{, cuando el angel rebelde creia que habia cerrado las puertas del cielo para el hombre, de modo que no se abriesen jamas, como no se abrir{fan para él, Dios las ponia de manifiesto, para que un dia entrasen, por ellas los que lo temiesen y amasen; sin que haya habido una sola generacion, cuyos hijos no hayan podido salvarse con la fe de las promesas divinas, y sin que deje de haber una sola hasta la consumacion de los siglos, sobre la cual Dios no derrame sus misericordias, de las cuales solo se han de aprovechar los que le temen. Una intuicion admirable de los efectos de esta misericor- 4 Recit potentiam in brachio suo; dispersit superbos mente cordis sui. (Luc. cap. 4, v. 51.)