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duda de que es el Hijo de Dios quien habla de si mismo, de su origen divino, de sus grandes acciones, de las victorias y triunfos que consiguié en los pueblos y naciones, de la hu- millacion que impuso 4 las cervices de los altivos, del do- minio pacifico, con que gobierna 4 los humildes, y del te- mor santo, del amor puro, y de la esperanza que no se * bur- lada, que ha engendrado en los corazones. Pero este Hijo de Dios, 4 quien su. Padre da por gutiching: nio todas, las naciones. de la tierra para que las rija y go- bierne ', —- 4 tomar visiblemente posesion de su pa- trimonio, 4 ejercer en él su dominio, 4 establecerse n el pue- blo santificado, y 4 producir en los hombres el santo amor, el temor y la esperanza? Por mas que este Hijo deba exclu- sivamente 4 su Padre la generacion eterna, y aunque esos triunfos, que ha de obtener entre los pueblos, tengan por principio su virtud divina, ha de llegar un momento, que él ha previsto desde la eternidad, en el cual se cumpla lo que él y su Padre tienen tambien dispuesto, y es, que se re- Yate. dela. naturaleza. humana y tenga una Madre, que lo iroduzca en el »yle dé.esa misma naturaleza, pare la él 4 la, suyd en su misma persona. — iel. EG Aerae tes eg #lacdigy cas dualuids ‘as wee ricordia, la presencia de una muger es necesaria, y esta muger ha de tener una cooperacion directa é inmediata en sus obras, pues todo lo que su Hijo lleve 4 efecto en la naturaleza humana, solidariamente se lo deberé 4 su Madre. Y 4 no dudarlo, esta Madre estaba en la mente divina en la eternidad, y de ella decia la Sabiduria eterna, que era lo primero en grandeza y honor de cuanto ha sido criado, “ ae eieaeiad ie ‘Madre de esa misma Sabiduria, la que seria Reina de cielos y tierra, Sefiora de pueblos y na- ciones, consuelo de los humildes, terror y dominacion delos altivos, Madre del amor, de la esperanza y del temor santo, que sucesivamente se enaendeore en los une de los hombres. A Paaims®, vs 7. dis

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