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30 “$1 Maternidad natural. Hay una diferencia casi infinita entre Ja predestinacion de la Virgen y la de los demas Santos, lo que prueba que ella fué prevista ‘por Dios para hacer obras mas grandes, que las que pudieran hacer todos los demas predestinados juntos. Las denominaciones solas, con que la Virgen se ye condecorada , nos llevan 4 conocer su excelencia, su digni- dad, y su destino. Ella es llamada la Hija querida del Padre, la Madre tierna del Hijo, la Esposa purisima del Espfritu Santo, y el sagrario de la Santisima Trinidad. Es tambien | llamada vivificadora del mundo, aurora de la gracia, triun- fadora de la muerte, vencedora del demonio, reconciliadora del hombre con Dios, puerta del cielo, gloria del paraiso, y sosten de la humanidad. Asimismo se dice de ella que es el espejo de la justicia, asiento de. Ja sabiduria, arca de la alianza: y para. ios “a de una vez, poco es lamarla : ‘Reina del cielo,Ge de los angeles, pues por mucho que se diga de | todo es ‘nada junto al predicamento de “ser Madre de Dios, porque todos esos dictados se dicen de la Virgen en sentido mistico, mientras que este se anunciade ella en el ébvio y natural que tiene, pues con toda veriad : y realidad la Virgen Maria es Madre de Dios '. a 4 El sentido metaférico puede ser literal, y significar que un sajeto es en realidad Io que se dice de él metaféricamente. Asi ‘se dice meta- féricamente, que Jesus es cordero, piedra y otras cosas, no porque en sentido natural sea nada de esto, sino porque tiene la semejanza de esas cosas: es Cordero en la mansedumbre, es piedra en la fortaleza, es leon en lo invencible, es flor en su pureza, etc. Asi decimos que la Vir- gen es puerta del cielo, estrella del mar, rosa olorosa, amena, ctc., por- que as{ como por Ja puerta se entra en el palacio del rey, se entra por medio de Marfa en el cielo: porque asi como las estrellas, y sobre todo la polar, guian 4 los navegantes, guia la Virgen 4 quien la inyoca en este “mar proteloso de la vida, etc.; todo esto se dice por medio de metafora: pero lo de ser Madre de Dios, se dice en su sentido ébvio y natural.