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- tre sus hijas una, que estaba relacionada con aquel gran maestro y bienhechor de dos maneras, siendo su Madre en el érden de la naturaleza, y tambien en otro mas sublime. Ep la Virgen hay dos maternidades, las cuales explicé. su mis- mo Hijo en dos palabras, al exhortar 4 los hombres 4 que hiciesen la voluntad de su. Padre; porque ninguno de cuan- tos le ofan, ninguno de cuantos hombres habia habido Hasta entonces en el mundo, y ninguno de los que hubiese hasta el fin, habia de hacer mejor que su Madre la voluntad de su Padre: y por lo tanto, siendo ella Ja que le habia dado la vida humana, era su Madre en el drd | natural; y haciendo la voluntad, de su Padre de un modo perfectisimo, tenia tam- bien la nueya maternidad que él anunciaba al mundo, lla~ mandolo 4 ese consorcio inefable de poder ser cada uno de los hombres, no solo su hermano, sino peer los honores de ser tambien,su.madre.._, En la Virgen Maria, estas. dos ae calaeaee existian en fuerza de su predestinacion ;, fe si bien cada uno de los cre- sen iee. puede ser una | respecto de aquellos, almas engendra ‘la fe de Cristo, tenemos que hacer una diferencia entre estos y la Madrede Dios, diciendo de ella en esa, ‘materia con relacion ‘Jos demis Santos, lo que el - Espiritu Santo dice de Dios en orden, a su piedad con relacion 4 la que puedan tener los hombres ‘, “Los. Apéstoles pueden haber sido madres de Cristo, ongendtanin su fe en los cora- zones de muchos hombres, de muchas proyincias, y de al- gunas naciones: pero la. Virgen tiene la maternidad univer- sal, ii ser,ale aye eneanes a cuantos creen en su Hijo, nwt 5 i »3 RP i to 4 €F egae AO Shh8 . SIS cy ] OTE Te SR RS Ty eps arsinggoen tt ints . : fe ‘ ‘La compasion del hombre es cerca de su projimo, y se puede extender a dos 6 4 mil, 6 4 algunos miles; pero no pasa de ahi, ora porque, por gran- des que sean los recursos y faculltades de uno, llegan 4 consumirse, y sé acaban si Se reparten enteramente, ora porque al fin todo hombre tiene sus limites en el sepulcro, donde no puede hacer ni bien ni mal: pero la misericordia de Dios es sobre toda carne, porque todos recibimos de él, y por mucho que dé, no disminuyen sus riquezas, siendo tan rico al empezar como al concluirse las generaciones, que lo necesitan para su existencia. (Eccli. cap. 18, v. 12.) , ‘
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