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mas, de que mandas en el cielo y aterras al averno. Muchas son las amarguras que devoramos, muchas las lagrimas de las almas.piadosas, muchos los suspiros de las que visten la estola blanca, y siguen 4 tu Hijo, cantando el himno del coro virginal. Ten piedad de todos, y baja ya del cielo, 4 _ derramar una gota de balsamo en los corazones atribulados. En ti, 6 Madre de piedad, tiene puesto el corazon la Iglesia: 4 ti miran los Pontifices, 4 ti las virgenes cuyas lagrimas estan partiendo el corazon, 4 ti levantan sus miradas las ma- dres, las hermanas, las amigas de esas almas inocentes. No te detengas pues, 6 Madre: ven ya, y enjuga las lagrimas de los que lloran, consuela4 los afligidos, y trae del cielo el remedio 4 los males de la tierra, para que todos los hombres conozean, adoren y amen 4 tu Hijo. — No permitas,-6 Sefiora, que la calumnia y las invencio- nes inicuas de los enemigos de la rectitud y del drden sa- grado prevalezcan jamas sobre la inocencia y la justicia: al- canzame de tu Hijo la gracia de volver felizmente al seno de mis hijos, para bendecirlos y gobernarlos con justicia y paz: ' ahuyenta tambien, 6 Madre amorosa, de mi amada grey 4 los lobos del averno, que intentan turbar los corazones de tus corderos con doctrinas erréneas, y apartar de la obe- diencia 4 las ovejas de tu rebafio, y se visten de manto de hipocresia para trastornarlos 4 todos con escritos malvados, que desvian 4 los hombres del camino de la verdad. Hacedlo asi, 6 Reina del mundo, para que mis amados hijos y todos los hombres reconozcan siempre que deben su dicha tempo- ral y eterna al Pastor y Obispo de las almas tu Hijo Jesus, y vivan unidos al que él instituyé Cabeza visible de la Igle- sia Catélica, al Romano Pontifice, siguiendo su doctrina, anatematizando lo que él anatematiza, obedeciendo 4 lo que él prescribe, y viviendo para siempre en el cuerpo de la Iglesia Catélica, Apostdélica Romana, 4 fin de que undnimes todos glorifiquen con sus buenas obras 4 tu mismo Santisi- mo Hijo, que con el Padre y el Espiritu Santo vive y reina, Dios por los sigilos de los siglos. Asi sea. FIN DE LA OBRA.