BCCPAM000542-2-33p03d00000000

RRR ET RE Ea Ea NN 291 4 decir que la Virgen no conservé su virginidadsaline’ del parto: de manera que Dios estuvo preparando el gran portento por espacio de cuarenta siglos, para que viniese luego esa Virgen tan ponderada de Dios, 4 hacer traicion & Dios. ;Ah! Tal Dios y tal Virgen es el Dios y la Virgen de los hereges: tan cierto es que la heregia moderna conduce irremisiblemente 4 la negacion de Dios. Afladamos una razon mas 4 tantas como hemos inserta- do en toda esta obra: véase 4 ésa Virgen hablando con el dngel que viene del cielo. {Qué heroismo! j{Qué combate! ;Qué virjud! Empéfiase e) angel en que ha dé ser Madre, y ella le contesta que es virgen, y que lo ha de ser siempre: dicele aquel que su Hijo ha de ser grande y se ha de llamar Hijo del Altisimo, y ha de'ser un g an ‘Tey: y ella le res- -ponde, que ni aun esa gran perspectiva’ le haré faltar 4 su propésito de ser siempre virgen. Y esta nifia tan herdica, tan firme, y tan constante, que no quiere ser madre del rey del mundo, si no se conserva virgen, jhabia de faltar des- pues del parto virginal al propésito de su virginidad? jLa _ Esposa del Espiritu Santo no habia de saber; que la fideli- dad no es la virtud de un dia, sino de toda Ja vida? ;Ah! Esa es Ja madre que dan 4 Dios los hereges. ;Qué extraiio es, que 4 fuerza de tantas heregias se haya hecho’ del santo matrimonio un ‘contrato civil, rescindible 4 voluntad de los contratantes? Qué hay que admirarse dé no encontrar entre _ los hereges ni virgenes, ni penitentes? Una vez desterrada la virtud de la muger bendita entre todas las mugeres, se ‘ha abierto el negro panteon, donde se’ haidado sepultura 4 la continencia, 4 la castidad, 4 la virginidad, 4 la sobrie- “dad, 4 la austeridad, 4 la’ penitencia y 4 las demas virtudes religiosas; la heregia es el cementerio de dos fosas: en una se entierra al autor y dador de todo bien: en la otra se se- - pulta 4 toda virtud verdaderamente cristiana. _ {Qué diferencia tan inmensa hay de este modo de pensar *y de obrar al del hombre creyente, al del catélico! Este no tiene por qué angustiarse en investigar: no sabe lo que es la duda y la zozobra: oye-d la Iglesia con alegria, cree a sus palabras con firmeza, y descansa en su seno maternal