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4 289 apetitos iia para el leon, el cual, porque ruge con furor, tiraniza en los desiertos: para el tigre, que, por tener ufias de acero, se divierte en matar corderos: para el dgui- la, que, por ser de gran fuerza muscular, se arrebata por los aires al cabrito, y por fin déjese la esclavitud para el pe- cador, del cual ha dicho Jesucristo, que todo el que comete pecado, sirve al pecado, y es siervo del pecado '. Nos hallamos hoy. dia en medio de estos dos estandartes, cuyos afiliados son tan contrarios en ideas, y en costumbres: jno debemos preguntar cual es la causa de esta diversidad? Unos-detestan 4 Maria, y han eliminado su nombre del san- tuario, mientras los otros la alaban, la bendicen y la invo- can, cumpliendo siempre la profecia que dice, que todas las generaciones la han de llamar bienaventurada. {Cua es Ja razon de tanta diversidad entre hombres que se laman cris- tianos? La razon es Clara: los que aman 4 la Virgen, aman 4 su Hijo: los que veneran 4 la Virgen, adoran 4 su Hijo; y por eso, sin derogar al amor sobre todas las cosas que tienen & Dios, ni dejarlo de adorar como 4 autor de todo bien, rin- den el |homenage del amor y el de la veneracion 4 la que merecié ser su Madre. Estos son los que tienen aquella liber- tad, de la cual hablaba devacristo; prometiendo 4 los judios que se la daria él mismo*: aquellos nd; porque obcecados en las tinieblas del dogma mas necio que ha inventado jamds la heregia, el del espirite privado, decorado en los ultimos tiem- pos con la palabra altisonante de la autonomia individual, a levado novisimamente 4 su mas loco frenesi con la nueva denominacion, de conquista de los derechos de la razon, solo en-— -cuentran que hay libertad, alli donde cada hombre puede decir y publicar blasfemias y aaemgo y vivir sin freno de ninguna ley. Pero échese una mirada en. el etitetitivn sik y el cora- zon de esos hombres, que 4 la sombra de esa libertad here- tical se ocupan en estudiar lo que es la religion y sus mis- terios, y se veraé que alli no hay mas que confusion, tinie- blas y caos para el entendimiento, temores, pesares y z0z0- * Joann. cap. 8, v. 34. 2 Joann. cap. 8 v. 36. TOMO III. 19

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