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nia del demonio, y de la esclavitud-del pecado: libertad — para obrar bien, haciendo méritos para la vida eterna, pre- venidos por la gracia de su Hijo y acompaiiados de ella, para que el juez justo nos dé la corona que hemos merecido: libertad, para elevarnos 4 Dios por la contemplacion de su bondad infinita y por la de la santa vida, pasion y muerte de su Hijo: libertad, para poder uno abrazar la vida mas perfecta y el estado que mas le agrade, y el oficio y arte que mejor le convenga, con tal que no se falte en ello 4 la ley de Dios: libertad para poder ilustrar al mundo con escritos uti- les, cristianos y doctrinales, hallandose uno con capacidad para hacerlo: libertad: para ‘hacer cuanto bien se pueda al amigo, al enemigo, al propio, al extraiio, al conciudadano, al forastero, al compatricio, al extrangero, al herege, al pa- gano, al judio, al gentil, 4 todo el que sea hombre, pues es nuestro prdjimo. ;O libertad santa, la que concede ¢ inspi- ra al mundo el blanco estandarte donde se lee Maria! Pero esta santa libertad tiene sus limites, como lo tiene todo aquello que concierne 4 un sér, 4 quien el sepulcro esté esperando desde que da su primer paso en el horizonte de la vida, para decirle al fin, que en sus tinieblas se acaba su libertad, ora haya usado de ella para el bien, ora haya abu- sado para el mal. Con aquella santa libertad la Iglesia ha bendecido 4 cuantos han vivido en su seno, sin violentarlos, sin coartarlos, sin ponor, ni siquiora una piodrovita, on ol camino que hayan querido trillar. Ella ha bendecido al niio que nace, al anciano que muere, al rey que empuiia el ce- tro, al soldado que maneja la espada, al navegante que sur- ca los mares para ir 4 explorar la tierra, 4 la virgen que se consagra4 Dios, al joven que entra en el santuario, al to- gado que aboga por-el pobre, al magistrado que detiende la’ justicia, al esposo y 4 su consorte que se juran fidelidad, y & cuantos han emprendido obras grandes para bien del mundo. Pero al mismo tiempo, ella ha dicho al niio, que reverencie 4 sus padres y tema 4 Dios: al anciano, que sea _ para todos venerable por su virtud: al rey, que gobierne con equidad y defienda la religion y la nacion de sus enemi- gos; al soldado, que sea fiel 4 sus juramentos, y no saque

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