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todo esto porque la presencia de la Virgen era indispensa- ble en la dispensacion del gran misterio de la redencion, y cuando su Hijo no necesita dela compaiiia de su Madre para — padecer, pues esta reinando en los cielos, esta ha de estar alli, como arrinconada, sin intervenir en nada de-lo que ata- - fie 4 salvar 4 los hombres? jOh qué Dios tan poco Dios, se fra- guan los hereges? ;Oh qué hijos tan poco racionales quieren ser ellos! Ese Dios que no quiere que su Madre sea honrada, repartiendo favores, despues que ella le ha ayudado 4 con- quistar el mundo, es un Dios con menos perfecciones, que las que conocemos los hombres, las cuales son el mejor bla- son de todo corazon que abrigue sentimientos de hombre: pues ninguno se contenta con honrar 4 su madre cuando necesita de ella, sino siempre, y mucho mas en los dias de sus glorias. Hijos, que tengan amor, aunque sea taaterial solamente, 4 sus madres, tan solo ouatids reciben de ellas la leche y los primeros bocados de su alimentacion, no conoce- mos mas que los de los irracionales.. ©. ~ Quédese pues ese Dios, 4 quien se. ele inflere iinjuria por- que se da honor 4 su Madre, para los hereges: nosotros te- nemos un Dios, que se gloria de honrar 4 los que le honran: y como sabemos que en este Dios no hay si y no ', pues es la suma verdad, y no tiene sino un acto purisimo sin pasa- do ni futuro, sabemos tambien cierta é infaliblemente, que habiendo honrado 4 la Virgen |una vez, Maméndola 4 ser su Madre, la honra en él cielo, y la honra "4 como Hijo, y tiene mucha gloria en que todos los que lo aman a él, amen a su Madre, en que todos los que lo adoran 4 él, inclinen tam- bien su frente delante de su Madre, y en que cuantos le dan gracias por haberse salvado por los méritos infinitos de su vida, pasion y muerte, dirijan una mirada de gratitud 4 la bendita entre todas las mugeres por haberlo engendrado 4 ¢1. 4 1 9" Cor. cap. J, ve 19. se Ma ts a ee : pie HE P 6 oe p fer ae etl Lec tn ee