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269 la vida. ;Quién no te mira con admiracion sabiendo lo que eres? Tu eres la esperanza inmutable, la proteccion inmé- bil, el refugio perenne, la oracion incesante, la salud per- pétua, el socorro estable, el patrocinio inconcuso, el muro inexpugnable, la fortaleza segura, el valladar fortificado, la torre fortisima, el puerto de los ndufragos, la reconciliacion de los criminales, la recomendacion de los condenados 4 mo- rir, la bendicion de los que estaban sujetos 4 la pena del pe- cado, los rehenes de los pecadores, la que conviertes aun & _ los desesperados, la que revocas el destierro, y conduces 4 su patria 4los desterrados.» * «Y jquién sino tu, 6 Sefiora, cuida del linage humano despues de tu Hijo? ;Quién nos defiende como ti en nuestras aflicciones? ;Quién tiene como tii esa prevision, que nos demuestras al librarnos de. los males? {Quién interpone como ti ese valimiento, para rogar por los pecadores? No hay uno que se salve sino por ti, 6 Santisima. Nadie se libra de males, sino por ti, 6 Purisima. Y por lo mismo, {quién no te llamara bienaventurada?»* Apremiante y conyincente es la consecuencia inmediata, que se nos presenta despues de oir el testimonio de diez y nueve siglos, y las palabras de los hombres mas grandes en sabiduria que ha habido en ellos. Para los que creemos en Jesucristo segun nos lo ensefia la Iglesia Oatdélica, y nos gloriamos de ser hijos de si misma Madre en la regenera~ cion espiritual, tenemos la dicha inefable de amar 4 esta dulcisima y amabilisima Sefiora, la consecuencia es facil y ébvia: es la misma que el Apdstol ponia4 la vista de los He- breos, despues de haberles demostrado que eran por la fe hijos de Abraham, y compafieros de aquellos, de quienes el mundo vano se reia y burlaba, y 4 quienes echaba de su so- ciedad, porque no era gi ‘digno de terierlos en su seno. «Ya »que estamos rodeados , les decia, de una tan grande nube »de testigos, descargandonos de todo peso y de los lazos de} »pecado que nos tiene ligados, corramos con aguante al tér- »mino del combate, al fin, al hito, que nos hemos propuesto, 1 Orat. de Dormit. Deipar. 2 Serm. dézona. A i 5 i & te p
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