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to los tesoros de las indulgencias, para animar 4 los fieles 4 Ja devocion 4 la Virgen: asombra el leer los escritos de los _padres, las disertaciones de los doctores, las elucubraciones de los sdbios, los cantos, y los himnos compuestos para _ alabarla. El entendimiento en realidad se encuentra sin fuerza para comprender tanta grandeza como hay encerrada en la Virgen: pero hay una verdad clara, palmaria, histérica en todo eso, y es que no se puede negar que Maria vive por - amor en el corazon de todos fieles, y que estos hablan con esta Madre con el lenguage sublime de la fe, como si estu- viera ella en medio de ellos en la tierra. Oigamos 4 uno de los Padres antiguos cémo explica esta comunicacion mitua del amor entre la Virgen y nosotros. «Saludamoste, 6 Sefiora, dice: saludamoste; y désete todo honor, porque ti nos trajiste la salud: porque nos diste 4 luz la vida, é hiciste que lloviese 4 los hombres la alegria. Benditos sean los dones que ti nos repartes, pues somos ri- cos con ellos: benditas sean todas las gracias, que nos das para que nos coronemos gloriosamente con ellas. Ya no es- tamos sujetos 4 la condenacion de los primeros padres, ni 4 la maldicion y corrupcion: ni nos domina tampoco ya la muerte, pues en ti y por ti nos han venido muchos bienes. Tueres la que has quitado de la tierra muchas lagrimas; ta has lenado & todas las criaturas de toda clase de bienes: tii alegraste & las del cielo: ti salvaste 4 las de la tierra: tt reconciliaste al hombre: ti le hiciste propicio al Criador: ti humillaste a los dngeles malos: ti ensalzaste 4 los hombres; ti has sido por ti misma la que has mediado para poner en armonfa las cosas mas sublimes del cielo con estas infimas — de la tierra, y de un modo admirable has mejorado todas las * cosas criadas.» En estas palabras se ve descrita la Reina4 quien se re- verencia, la Sefiora 4 quien se sirve, la Madre 4 quien se ama, la bienhechora 4 quien se esté reconocido, la pacifi- cadora 4 quien se rinde obsequio de gratitud, y la mediado- ra por quien han venido todos los favores, cuyo poder se reconoce. Unas cuantas mas afiade e] mismo santo.padre, en las cuales se compendian las relaciones de amor que los