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262 .- atencion de todo el mundo literario, y en especial de las in- teligencias mas elevadas, que sucesivamente han dado a tux las naciones mas cultas del Occidente. {Qué cosa hay mas grande en la historia de las ciencias sobrenaturales, que ese empejio que han tenido seis siglos completos en poner sobre la frente de la Virgen una diadema de honor, que le da mas gloria que la misma maternidad di- vina? Una gran liza literaria se entablé hace seis centurias, en la cual tomaron parte los sdbios y doctores de todas las naciones occidentales ‘, pretendiendo casi todos que la Vir- gen no estaba comprendida en la ley del reato universal, en - que incurre todo hombre con ‘solo ser hijo de Adan.’ ; Quién ' puede contar los sudores, las vigilias y los trabajos de los sabios, para defender su sentencia piadosa, Hamada asi, porque era eso lo que creia la piedad de los fieles, no ha- biéndoles impuesto todavia la Iglesia el deber y la obliga- cion de creer como un dogma, lo que la piedad daba por su- puesto, venerando con santo fervor el instante en que la ae habia sido concebida? * Puede decirse que esas lides myep la fied, Sealesnunca se establecié controversia alguna, que se pareciese Alas de los escoldsticos del Occidente. Esta iglesia estaba en posesion de lacreencia piadosa sobre la inmunidad de toda’culpa de la Virgen, y celebraba la fiesta de la Concepcion desde tiempos antiquisimos como consta por los sermones predicados en esa fiesta por San Juan Eu- boense, San Pedro de Argos, San Jorge de Nicomedia, y el sébio monge Jacobo, cuyas oraciones se conservan entre los cédices griegos del Vali- cano. Los Padres ademas lo manifiestan asf en los predicamentos que dan 4 la Virgen, llamandola Purfsima, Inmaculadisima, sin mancilla, semejante 4 su Hijo, igual 4 su Hijo, la unica purisima, la unica escojida, lo que no hubieran dicho de ella, si no hubiesen tenido 1a idea de que la Virgen no incurrié jamés en mancha alguna. Y hay que advertir, que esos Pa- dres dan esos dictados 4la Virgen prescindiendo de su divina materni- dad, y antes que fuese Madre de Dios. Era imposible quelos Padres !lama- sen 4 la Virgen igual 4su Hijo, sino en la pureza, pues tan puro fué el Hijo como la Madre, con solo la diferencia de ser aquel por naturaleza, _ y esta por gracia. De esas locuciones estan llenos los escritos de San Tara- - sio, San Isidoro de Tesalénica, San Juan Damasceno, San German, San Jorge meoreaiecse, San Sofronio y otros muchos. ; 2 Tambien en el Occidente se celebraba desde el siglo sexto la fiesta de la Concepcion de la Virgen: en el calendario de la Iglesia de Napoles.
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