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currir algo '. Pero ahora intentamos elevarnos 4 comparar la realidad con la figura, y tenemos que confesar, que vemos un vasto horizonte de luz, sin poder describir lo que hay en su centro, Solo si, sabemos que la Virgen es el centro de esta luz, 4 cuyo foco no podemos llegar. Y es -6bvio el com- prender la causa especial de esta dificultad: cuando, nemos examinado los tipos animados de la Virgen, hemos sido, por decirlo asi, viageros de la tierra; mas al intentar el examen de la realidad, nos trasladamos al cielo: la diferencia por lo tanto es inmensa, porque-en el primer caso examinamos los objetos bafiados por las hebras de la luz, y en el segundo elevamos nuestras pupilas: al foco de la misma luz: alli po- demos) estar con los ojos abiertos; aqui nos vemos periene:< 4 bajarlos. — Sin embargo, por grande y asplindiniben que sea el asun- to, no nos debemos dejar vencer por nuestra pusilanimidad: no queremos comprender lo que es incomprensible, ni inten- tamos elevarnos 4 donde no podemos llegar. Somos hijos de una Madre piadosisima coronada de gloria, y solo deseamos ver, siquiera una pequefia rafaga de la luz que la rodea, para _alabar 4 Dios en sus obras, y para bendecir tambien 4 esta Sefiora, en cuya hermosa y magestuosa frente hay tres co- ronas, y 4 cuyas plantas se ven tantas, cnants son los mo- radores del cielo. “El dia de la asuncion de la Virgen lo fué eaiiibiens de su coronacion en el cielo *: pero hay que notar una diferencia 1 Véase la primera sathis libro cuarto,a If. sheet 7 ie 2 La creencia sobrela resurreccion de la Virgen, su asuncion 4 wi cie- los, y su coronacion en ese dia como Hija, como Madre, y como Esposa, era comun 4 la Iglesia griega y latina desde los primeros siglos. Véase lo que dice sobre esto San Juan Eucaitense Arzobispo, que florecié en tiem- po de Constantino Monomaco y su muger Zoe, en un sermon sobre ¢l trinsito de la Virgen. «Celebramos hoy, dice, la deposicion de la Madre de Dios, su resurreecion, su ascension 4 los cielos y su exaltacion: y es este el complemento de aquel gran portento, por el cual es Hija, es Ma. dre, y ademas es Esposa, y en todas las cosas Reina, y esclava del Sefidr, y la plenitud varia y preclarisima de todos os o— del Sefior.»(Serm., , ae Rnpmenetrr: eR FS25
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