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ran la fe de diez 'y ocho siglos, lo que sera la conclusion de esta materia. Véase como se invocaba 4 la Virgen en tiempo de la irrupcion de los africanos en Europa. En un sermon so- bre la Concepcion de Maria, daba S. Pedro Obispo de Argos el * placeme 4 los Santos Joaquin y Ana por tener una hija como Maria, y les dice estas palabras. «Y vosotros, 6 padres de 1 Madre de Dios, y tambien padres santisimos de Dios, dulei- simo consueélo de nuestra naturaleza, y primicias sacratisi- mas y augustas de la ley y de la gracia, concedednos que las cosas’ permanezcan en estado pacifico, imponiendo un freno 4 la ferocidad de los infieles, doblegando lo erguido de su cerviz; haciéndoles bajar su cefiuda mirada, y vol- viendo contra ellos la espada, que sacan contra nosotros. Ro- gad 4 Cristo, para que levante su mano contra sus altane- Tias, y no permitais que seamos cortados como el heno por su mano feroz y sanguinaria. Mirad 4 cudntos han asesina- do barbaramente. Mirad cémo han’ derramado la sangre de innumerables victimas, dejandolas sin ‘sepultura, para que’ fuesen pasto de las bestias de la tierra y de las aves del cie- lo, y arrojandolas al sol, 4 las estrellas, al invierno, al vera- no, y 4 toda la inclemericia, preparando asi un espectaculo - horrible, ¥. digno de ser lorado por los demas hombres con lagrimas sin consuelo. »Levantaos pues, aos. prisa: - escitad & vuestra hija, y Madre de Dios, para que |cuanto antes interceda con su Hijo Dios, quien tambien es vuestro nieto segun la carne. Por- que, nosotros sabemos ciertamente que no -desechara los ruegos de su Madre, que nos defendera de los impetus: y asechanzas de nuestros enemigos, visibles 6 invisibles, que nos atacan con odio inicuo, Y que ‘nos concederaé que pase-— mos él resto de la vida en paz, en salud, y en perfecta se- guridad.» ‘ Esta fe tenia el santo Obispo del Feloponesn, la cual puede decirse que es la de toda la Iglesia*, pues son : _ 4 Div. Petr. Argor. Ep., serm. in Conception. B. V. M., nim. XV. 2 Segun nos dice la historia, este santo vivid 4 principios del siglo nono, habiéndose huido en compaifa de sus padres, de la Sicilia, de ee SS.