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229 * isiliewscetaind al que constituia su Vicario en la tierra, que los poderes del infierno no prevalecerian jamés contra ella '. Qué poderes sean e tos, y dénde estén y residen,y dénde tienen su reinado, lo explicé tambien él mismo, para que supiésemos que, si bien se aman poderes del infierno, no estan sus maquinaciones en aquel lugar abstruso y recén- dito, sino, que andan en este mundo y en medio de nosotros. Jesucristo nos ensefid. cuando se entregé de su propia vo- luntad 4 sus enemigos, que hay aqui, en la tierra, un impe- rio infernal con su rey y sus ministros, los cuales trabajan sin cesar, para destruir, si les fuera posible, otro reino, el reino de la verdad y santidad, que es el reino de Cristo y de su Iglesia: y -significé con toda precision, que algunas ve- ces se permitia 4 ese monarca malo é inicuo prevalecer en aparionsiamanten ipeiane militan.en el otro reino,. creyendo él. en su malicia triunfado, _enando lo que él supone que es una victoria, “no es sino una derrota.. Todo esto en- cierran aquellas palabras dichas 4 los escribas y fariseos cuando iban 4 echar mano 4 Jesus: Esta es, les dijo, vuestra hora, y el poder de las tinieblas ?. Estos esfuerzos constantes y uniformes de los hombres malos para atacar 4 da Iglesia, ora se llamen judios, 6 pa- ganos, 6 hereges, 6 fildsofos, 6 catdlicos de apariencia, ora se revistan.de manto de hipocresia, 6 de argucias de ciencia vana, todos estén dirigidos por un mismo monarca, por el principe de las tinieblas*. Tiene este sus sibditos, sus mi- nistros,— sus satélites,, y todos undnimes conspi- reba ETS isa ii SELES Macrae igre ar ar tes eet shun .eap 46, mu-A8- 2 Luc. cap, 2, v, 53. > Esto nos enseiia San Pablo, cuando dice, que no es nuestra pelea sola- mente contra la carne y la sangre, sino contra los principes y potestades, contra los adalides de estas tinieblas del mundo, contra los espiritus malignos de los aires. {Ephes. cap. 6, vs 12.) Y en este sentido misticod interpreta tambien San Agustin estas palabras diciendo, «que no se ha de entender que los demonios, contra quienes tenemos que pelear, sean rectores de este mun- do visible, sino que son los que gobiernan este reino tenebrosg de los amadores del mundo, de los impfos y malvados, pues de estos se dicén en el Evangelio aquellas palabras, ¥ el mundo no lo conocid (4 Jesus). (In Psalm. 54, v. 1.) ¥ PS Pt 4 Be
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