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222 la gran Madre de los hombres, que no tuvo corazon para ver sin enjugar tantas lagrimas como surcaban las mejillas de sus. hijos, nile permitid su alma generosa ver que log cristianos no tenian libertad, ni derechos, ni quiso que du- rase por mas tiempo la esclavitud ominosa. Ella descendié del cielo, y se dejé ver de tres varones caritativos, dandoles instruccion para que empezasen al instante una obra, en la cual el alma habia de ser la caridad. Los enemigos del nom- bre de Cristo tenian sed de oro, y sin reparar en los medios, lo lograban: vendiendo 4 los cristianos, como 4 bestias de carga: «pues bien, dijo la Virgen 4 estos tres siervos de su Hijo, pedid limosnas 4 los fieles: marchad con sacos de oro 4 las regiones de los agarenos: dad dinero para rescatar 4 vuestros hermanos, mis hijos, y si os falta el dinero, tomad las cadenas del cautivo: y quedad en cautiverio por él '. -Este hecho no puede considerarse aisladamente , sino con relacion 4 edades venideras, pues en su época no producia como sucede 4 las: obras: grandes, sino efectos parciales, mientras que la repeticion de esos mismos hechos continua- ~ da tenia que influir poderosamente en la sociedad, para dar- la una perfeccion que no tenia antes. El resultado de estas empresas tenia que ser eminentemente civilizador: y por muy abstraidos que estuviesen los hombres de las ideas re- ligiosas, al fin habian de fijar sus miradas en estos hechos, cuya arma y resorte era la caridad. ;Qué! ;Ha sido una cosa insignificante el ver que los cristianos mas fervientes, los religiosos, hayan estado yendo por espacio de cinco siglos4 la Siria, al Africa, 4 Turquia y 4 la Persia, sin mas objeto que el.de enjugar las lagrimas del nifio, del anciano, de la doncella, reducidos todos 4 arrastrar una cadena, por solo el 4 Fué el aiio de 1218 cuando San Pedro Nolasco ayudado de los con- sejos del célebre San Raimundo de Penafort, y favorecido con los teso- ros del rey Don Jaime I, eché los cimientos de la Orden de la Merced 6 de la Caridad, cuyos alumnos debian consagrarse 4 ir 4 redimir eaulivos, obligiindose 4 vivir en obediencia, pobreza y castidad, y haciendo él cuar- to volo. de quedar en —_ del santivo,- si no tenian dinero para te su libertad, 3

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