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214 porque han sido de gran exuberancia de bienes para la fa- milia humana, no solo en érden 4 la salvacion de sus hijos, sino 4 la mayor felicidad de todos en este mundo; y debemos _ referirlos tambien, para que se vea que en la civilizacion de] mundo ha ido conduciendo la Virgen por la mano 4 hs que la han levado 4 efecto. Sabido es, que desde la abolicion de la a ttle. ldtrica por medio de la predicacion del Evangélio han ido presentandose ciertas épocas funestas, en las cuales la relj- gion de Jesucristo se vid amenazada de excidio, amenazan- do tambien la misma ruina 4 la civilizacion del mundo. La primera época funesta se inauguré al propio tiempo que la idolatria empezaba 4 ser desterrada de la sociedad, pues coincidié con la aparicion del arrianismo que destruia la di- vinidad de Jesucristo, y reducia 4 la nada el mérito de su pasion y muertey el precio de nuestro rescate. Fueron tan- tos los ménstruos infernales que salieron 4 luz entonces, que parecia habia habido en el infierno una conjuracion univer- sal para aniquilar al Hijo de Dios. Apenas habia desapareci- do el autor de esa heregia, aunque sin que desapareciese su error, se leyanté otro que con sus doctrinas conspiraba 4 dar los mismos golpes 4 Jesucristo haciendo de él un com- puesto monstruoso, del cual resultaba que Dios no habia muerto por salvarnos, y que quien habia muerto era un hombre, hijo de la Virgen, pero no Hijo de Dios. Aunque estos dos hereges distaban un siglo entre si, era uno mismo el resultado de su doctrina, pues uno y otro des- truian la doctrina de la Iglesia sobre la encarnacion del Hijo- de Dios, y quitaban 4 la Virgen el honor inefable de la ma- ternidad divina. Grandes fueron los males que estos errores causaron 4 la Iglesia catélica, cuyos templos fueron quema- dos y despojados, cuyos obispos se vieron ‘perseguidos por los arrianos y nestorianos sus enemigos, y cuyos hijos em- pezaban 4 vacilar en la fe, sobre todo al ver que los grandes del mundo favorecian con su proteccion 4 los hereges. Pero _Inayores eran los males que amenazaban 4 la sociedad, por- que tanto un sistema como otro, lejos de ir contra la idola-~ tria que la cruz de Jesucristo habia extirpado, la planteaban

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