BCCPAM000542-2-33p03d00000000

cion del mundo, de tal manera que los Ilevaba 4 west sus entrafias como la madre verdadera lleva 4 sus hijos'.» No tenemos para qué deténernos mas en el exdmen’ ‘de a esta relacion de origen que une 4 la Iglesia con la Virgen, pues esta tan inoculada en el corazon de todos los creyentes esta idea, que parece ser la que primero viene 4 la mente, y la que primero se expresa por los labios despues de la pala bra Dios: porque, asi como no podemos decir /a Virgen sin que al momento. digamos Maria, asi tampoco podemos nom- brarla, sin que en el acto nos acordemos de que es madre, Madre de Cristo, que es la cabeza dela Iglesia y madre de . Cuantos son miembros del cuerpo mistico, que recibe de a el jugo de la vida, y la direccion de sus operaciones. Pero hay todavia dos relaciones, que tienen un cardcter de duracion permanente y de actualidad respecto de la Igle- sia, cuya consideracion nos debe ocupar con especialidad, y son la educacion y la proteccion. Porque, no obstante que la generacion y el parto son actos que constituyen esencial- mente la maternidad, son esos actos de corta duracion, y hasta cierto punto ‘puramente transitorios: pero faltan dos: periodos mas, que pueden Hamarse los integrantes de la ma- ternidad, uno e los cuales es de tanta duracion, cuanta sea necesaria para la educacion del hijo, y otro puede durar tanto como dure la vida del mismo hijo, pues puede suceder que necesite siempre del auxilio de su madre, Vea cada uno cémo ha necesitado por largo tiempo de la educacion ma- terna, para que no solo se desarrollase poco 4 poco su ¢cuer- po, sino para que fuese desenvolviéndose tambien el alma con sus potencias, y formandose el corazon al amor de lo bueno, y comprenderé que la Iglesia de Jesucristo ha pasa- ‘do por ese periodo. Porque si bien su divino fundador la _ instituy6-perfecta en sus léyes, en su cabeza, y en sus sa- _ Cramentos, la dejé en el mundo, para que creciese y fuese 2 ndiéndose poco & poco hasta Jlenar Ja tierra. Para llegar as date estado, la Iglesia ha necesitado de una solicitud por ue ‘ Tom. 3, serm. 6.