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144 _ las victimas de su envidia. Y jqué decian estos decretos? Que el hombre en castigo de su desobediencia quedaba su- jeto 4 trabajos y sudores hasta que bajase al sepulero, 4 que la muger, en justo castigo tambien de haber engailado | 4 su esposo y ofendido 4 Dios, padeceria trabajos y dolores y viviria sujeta siempre al varon. Este castigo era _tempo- ral: pero en cuanto al eterno, en cuanto 4ir 4 acompafiar 4 Lucifer en’ los fuegos inextingibles, en cuanto 4 no ocupar en el cielo los asientos que él-y sas secuaces habian perdido, este enemigo vid que se habia engafiado: pues Dios le prometié que una muger desharia con su ae ae : dad, . )levantado. = “Aqui, ‘como se ve, el jesidoneosaaation procede con te da la independencia propia de su naturaleza: condena 4 to- dos los hombres 4 llevar una vida de trabajos, 4 caer bajo el ‘ yugo del pecado, y sufrir sus terribles consecuencias en él mundo presente y en el venidero: pero adviértase que antes de publicar la ley en que se comprende 4 todos los hijos de Adan, se ponen las excepciones. En el érden del tiempo las ; vasi: Lucif rengaiié 4 va, y comidestade la ' va 86 18 GO. Adan y tambien comis: al po- . (6 Dios y examind bia ocurrido: hablé Addn; y - confess eb hecho, disculpandose con su muger: ha- blé esta, confesando tambien lo ocurrido, diciendo: que la serpiente la habia engaiiado; entonces Dios abrié ‘sus labios y pronuncié aquellas palabras que fueron el consuelo del mundo y el terror de Lucifer, anunciando este que una muger quebrantaria su cabeza: y en seguida se did publici- dad 4 la leyes penales 4 que el hombre y la muger queda- ban sometidos en punicion de su culpa‘, En esta escena hay dos derrotas para Lucifer: una presente, que consiste a no haber destruido el fin ultimo, para el cual Dios criara al hombre, que era la entrada en el cielo, porque cuando este se hacia indigno de entrar en él por su apostasia, Dios se lo abria de nuevo Pee los meio ya. Hee de su Hijo, y fGen, cap. 3, vv. 6 hasta 19.