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133 tudio del eristintiidthio: ‘tal como nos lo propone la Iglesia Catdlica, tenemos 'el punto céntrico, de donde proviene aque- Na luz que ilustra sin deslumbrar, ni turbar nuestras pupilas: este centro es Maria,’ en donde descansa el sol de justicia, derramandose en su derredor copiosos — - ius divina que nds llevan al Padre celestial. “Antes de estampar las ultimas Hneas, patinliaiadins un ligero desahogo ‘4 nuestro corazon oprimido de pena: nos da compasion el''triste estado de'los entendimientos de los que no profesan a wnidad ‘catélica: hay en ellos la aridez de un pedregal, en el cual nada erece'ni vegeta, por muchos que sean los aguacerds: las bellezas de la fe estén ocultas 4 estos entendimientos tras un tiupido ‘velo; no quieren ver 4 Maria en ningwna’ dé'esas fuses btillantes,‘en las cuales la ve el ca- tolicismo; no quieren darle una prerogativa siquiera que la ensalee sobre Jas dem#s mugeres; de tal manera que aun de- jan’ por mentiroso al Angel que la Hamé bendita entre todas ellas ', por no decir 4 los Padres de los primeros siglos, quie- nes la Hatnidirod Maestra del mundo) reparadora de Eva, éilu- minadora de las almas, como lo es el sol del mundo material ’. Si en medio de las naciones que profesan la heregia, hubiese quien pudiese prender en los corazones el fuego del amor de la Madre de Dios; es seguro que las conversiones 4 la fe ver- dadera serfan numerosisimas: Esos\infelices no tienen el sen- timiento tierno y carifioso de. la religion: son como una fa- milia dé muchos hijos; entre los cuales se ve dureza de ca~ racter, insénsibilidad de cor zon; porque no tienen madre qité los mire con ternura ni los inspire carifio. Dichoso el. catélico que acude 4 la Madre “congo subir al. aja y con él al ei Sv iA _— 4 Luc. cap. 1, v. 28. 2 Perfecta ut sol, quia sient sol sles orbem illuminat; sie hee soli- diori-lumine, et angelos, et homines. illustrat. (S. Petr. Damian., serm. de Annuntiat.) 3 Pareceria una paradoja, y la tendriamos por tal, si no lo viésemos practicamente cada dia, ese odio que tienen 4 Ja Virgen todos los here- ges. Los priméros que desterraron de los sermones la invocacion de la ee asi . 3

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