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126 rales, ¥ aun elevarse como aguilas reales en las regiones sublimes de las sobrenaturales, 4 los cuales puede aplicarse el nombre de sdbios, porque explican cosas altisimas por causas tambien altisimas. Pero al ultimo dpice de esta sabi- = duria, {quién podra llegar en este valle de miseria y de de- 4 feccion? Si alguno ha llegado, es la Virgen. 4 La habitacion de las tres divinas personas en la ‘V ‘tien : Marfa, entrafia necesariamente en ella la ciencia mas subli- me que haber pueda en una pura criatura, de lo que es la naturaleza ‘divina | en su unidad de esencia y Trinidad de ‘personas: OEE altel baced precisamente ha de saberquiéh es este Padre y cémo es Padre: si él Hijo se ° aposenta en ae castisimo seno, lo ha de conocer como un Madre conoce 4 su Hijo; y si el Espfriti Santo ‘es quien la fecunda con su virtud despues que ella consiente en ello, es consiguiente que ella ha de estar muy penetrada de lo que es este sér divino, que la toma para esposa suya ¢ instru- mento animado de su mayor gloria. jCudntos secretos no se encierran desde entonces en su L corazon? {Cudntas cosas no - podra esta Virgen decir 4 los hombres? Encierra Maria des- de entonces dentro de si nada mer os que la sabidurfa de Dios, su inmensida are oinnipotencia, su providencia; y todo esto es eterno, inmenso ¢ infinito. Si Marfa abriese sus. labios, para explicar 4 los hombres las cosas grandes que ha hecho Dios en ella, quedarian tan extdticos, que no acaba- rian en su vida por larga que fuese, de cae yx bendecir a Dios. Contémplese & esta Virgen en uno de los momentos mas _ + admitables de su vida, 4 saber, sentada en el portal de Be- lén, teniendo & su Hijo en los brazos, al paso que la rodean’ los pastores sencillos de la comarca que han ido allé para’ rendir 4 su Hijo adoraciones. Supongamos que estos zaga- . les candorosos, al ofrecer al nifio sus homenages de adora- cion con sus dones pastoriles, preguntasen 4 la Madre en fuerza de su entusiasmo, quién era ese nifio, de dénde le ‘ habia venido, y quién se lo habia dado, y que la Sefiora se hubiese dignado contestar 4 preguntas de tan sublime tras- cendencia. iQué arcanos no habrian salido del corazon de

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