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118 gran obra, concurriendo 4 ella solo el Padre que envia, ‘solo la persona del Hijo que se hace hombre; solo el Santo que organiza el sagtado cuerpo del Verbo divino, - Todas estas sublimes grandezas se desprenden del tg terior de la encarnacion; pero si quitamos 4 Maria, si la apartatiios de ésta emprésa divina, el mundo de las inteli- gehéias quedard tan tenebroso, como quedaria el thundo material, si de repente subiese él astro del dia al cireulo por donde’ giran las estrellas. Marfa es el astro luminoso que esclarece nuestros | ‘espiritus, 'y al aparecer’ entre nosotros como Madre de Dios, nos conduce infaliblemente al mas — exdeto Conocimiento del Hijo,’ “y por medio: de este, al del Pailre y dé Espiritu Santo. Porque’ ‘con’ cada una de estas ‘tres Givinas personas la unen relaciones, las cuales siendo realmente distintas, como lo son las mismas personas, se identifican y singularizan por él objeto, que no es mas que uno, el de mostrarse Dios & los hombres en su unidad esen- cialy trinidad de personas. Mision tan extraordinaria ape- nas parece qué pueda caber en una criatura; pues para de- cir al'mundo lo que es Dios en su naturaleza, solo se con- pac aot eda monies mismo Dios que se comprende _ perfectisimamente 4 si mismo; pero desde que este Dios se eos hijo dw! Marin, ‘tomo madve conoce ésta su naturaleza, sabe sus propiedades y tiene el cargo de ensefidrselas 4 todos’ los hombres, porque el fruto de ‘su vientre no sola- mente es Hijo de Dios, sino hijo tambien del hombre. — ‘Grandes y consoladoras son’ estas verdades: unidas en Jesucristo las naturalezas ‘divina y humana en la persona divina, no puede conocerse al hombre sin conocer tambien 4 Dios, Maria concibe 7 engendra 4 este Dios; y son tan extonsas las rélaciones’ que adquiere con la divinidad, que al ser elevada’d ¢oncebir al Hijo, necesariamente se une con intimidad inefable al Padre. No puede comprenderse que el Hijo venga 4 ser mediador, sin que se dé por supuesta la _ existencia de una persona divina, que lo envie en virtud del : an a et haem MEE Soe 5 derecho de paternidad que tiene sobre él. Menos puede en- ~ tenderse que este Hijo pueda satisfacer 4 la justicia divina, si no es Dios, igual vy consustancial al Padre; porque es