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* 113 conocian por el atributo de la justicia, que ee de a p Pie- dad y misericordia. Es cierto que habia en el seno de esa nacion ‘dtvoinos hombres inspirados, que conocian mas de cerca 4 Dios y re- cibian sus érdenes: pero esos mismos hombres describen al pueblo lo que es la magestad divina con tanta grandeza de imagenes y con aspecto tan imponente, que el pueblo no puede menos de oirlo con asombro ‘. jQué gloria! ;Qué grandeza la del Sefior! ;Qué fuerza la de su brazo! Un profe- _ ta ve & este Sefior sentado en trono alto y magestuoso, le- nando la‘tierra de su gloria, estando con profunda ‘reveren- cia cerca de su sdlio los Serafines, cantando sus giorias sin cesar dia ymoche; y apenas pronuncian las melodias de su cantar, se estremecieron los dinteles de las puertas de la ca- sa de. Dios, yse: end toda de humo*. Otro tiene delante de sus ojos dla: magestad divina, y no aparece esta sino entre torbellinos, y mane rifagas deb aquilon, rodedndola ont —- f > 4 ‘Sirva de modelo el profeta Habacuc: «Sefor, dice, he oido tu yoz, y temf: saldra Dios rodeado de resplandores con gran poder y virtud, en sus manos: marchard la muerte delante de él, y el diablo caminaré por delante de sus pies. Pas nae mirada y eee las gentes, y se pulveri- zaron los collad und 0 vieron que andaba, se inclinaron Jos montes. ete n0s. _Entesard su ar oc Jas fuentes, llo- -parén los yoleanes, erat os rios, gritos de terror y las alturas 1¢\ al ¢ielo. BI sol y la Tuna estuvieron quie- ve en sus‘tiendas, y al ony there iersioerucb pier y “re: .» (Habacuc. cap. 8.168 - Lidit x Isai. cap. 6,.v. hers : ; Nota San Gerénimo Ia irrapeion y | extenaion de la niche: como | un signo de la oscuridad que tenfan los judfos en el conocimiento de los atri- ‘butos de Dios. Dejatase este ver de los hombres eminentes de aquel “pueblo; pero se’advierte, que se les aparecia con alguna oscuridad, como se ve en Moisés, 4 quien habla desde nubes sombrias, y entre remolinos de fuego (Exod. cap. 20, y. 21), en Salomon, 4 quien se manifiesta Dios en la niebla espesa, que envolvia por fuera y llenaba por dentro cl templo @ Reg. ., cap. 8, v.10), y como se ve por fin en toda la historia de las apa- ~riciones de Dios en los tiempos de la ley antigua. Asi el Santo rey David dice, que Dios tiene fijada su Lienda entre tinieblas. (Psalm. 17, v. 12.) TOMO III. 8

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