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108 es antes que ti y salié de ti, y esté con nosotros. A El que vive y reina con el Padre y el Espiritu Santisimo, benéfico y vivificador. sea la alabanza ahora y. meee y Pe ion si- glos infinitos. Asi sedlo #/ <i OST Asi San Tarasio: asi la Iglesia catélica, y ial hats de de- cir y creer y esperar, loS qué quieran tener parte en * he- rencia de Ja salud eterna. . F ny 7 2 ‘ * i ‘gi ¥ 2-63) OLDomr a SOI OD OJDGOMEISO RGD 1 Este elocuentisimo discurso ‘de San Tarasio fué pronunciado por el - mismo en la Iglesia de Constantinopla, 4 fines del siglo octavo, atendido que él murié en '806, despues de haber regidovaquella Iglesia varios aiios. Es muy de notar,, que precisamente tuvo por predecesores 4 tres patriar- cas impfos y_ herejes, que fueron Anastasio I, Constantino II, y Nice- las, quienes se doblegaron 4 todas las impiedades tirdnicas de Constan- tino Coprénimo; habiendo llegado la osadfa de este y de aquellos, rno so- lo 4 desterrar de los templos las imagenes de Jesucristo y de Jos santos, sino 4 probibir que se celebrasen las fiestas que de tiempo inmemorial se dedicaban 4 la Virgen. Asi lo refiere Cedreno en su compendio de historia desde 739,Pee 2.* Lo que en. este discurso dice San Tarasio, es por consiguiente la creencia de la Iglesia respecto dela Virgen. o viol ndytnod tind jlamados Protestantes, debian hacer mas dprecio de las alabanaas que dan 41a Virgen “los Padres de la Iglesia, concluyendo de una yes con sus. ‘errores tan aiiejos sobre el origen de esos encomios. Los atribuyen 4 San Bernardo, 4 quien tan solo por esto miran con poco aprecio, haciéndole fautor fandtico del escolasticismo. Si se tomasen la molestia de leer 4 los Padres de los primeros siglos, verian que todos ellos, pero en especial los Griegos, entre los cuales jamds hubo cuestio- nes ni opiniones de escuela, ensalzan hasta el cielo las excelencias de la Virgen, sobre todo su pureza y vigginidad. San Tarasio de Constantinopla, - siguiendo las huellas de los demis Padres que Je habian precedido, y las tradiciones que habian dejado en el Asia Menor los Apéstoles y diseipu- los de Jesucristo, y habian conservado los Ignacios, los Policarpos, los Gregorios de Neocesarea, los Basilios, los Gregorios de Nazianzo, los Cri- s6stomos y los Nisenos, compendia en un corto discurso cuanto puede decirse de la Virgen, describiendo sus virtudes representadas en cuantos ~ sfmbolos, figuras |y tipos animados é inanimados hubo-en el pueblo de Dios. Esta, repetimos, era su fe, es la de la Iglesia, y fué la de los Apés- toles. Sf
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