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102 . de ella: aquél tener que regar con él sudor de’ sw frente las mismas espigas, que encierran el pan, con que el hombre se habia de alimentar, segun se 16 impuso Dios en’ castigo _ de sa erimen ‘, era muy misterioso, pues tambien hay un alimento para’ el espirity ast como 10 hay para él cuerpo; y hay que decirlo, existe una admirable analogia entre uno y otro en el modo de’ ganarlos y tenerlos despues ‘de la caida, asi como la habia antes ‘que esta” sucediese. El hombre tenia que trabajar ‘entonces tambien, pties' Dios lo puso’en el pa- raiso para que lo cultivase y trabajase: ‘pero ‘este trabajo no le causaba cansancio, ni fatiga, nidolor/ ni angustias *:2"y ast como'el trabajo "para tener el pan' material era tan pequeio, loera tambien el que habia que'sufrir para) obtener la gracia divina: pues Dios no impuso al primer hombre sino un pre- cepto ligero, insignificante y facilisimo de guardar; cual era el no comer de la fruta de un’solo arbol, lo que’ bastaba ‘para confirmarlo 4 él en gracia*,y darla 4 todos sus descendien- tes. Pero trastornado ese érden por el pecado, no quité Dios el pan del cuerpo al hombre: criminal; sino que le impuso trabajo, sudores, y fatigas para. ganarlo; ni tampoco le sus- ‘trajoel pan de la gracia‘con que se habia de nutrir su alma, ‘pero: tambien habia de sudar y trabajar para on cosa —— no'tenia que hacer— ese modo 4.0% >> SLOle BTR PTO fGen. cap. 3) v. 19.925 Gen-eap. 2, VRB S) Thi. 17" »+ Blentendimiento: humano: perdi ‘por el pecado las ‘Iuces sobrenatu- rales, y se volyid, tardio: y pesado, para-elevarse 4 1a contemplacion de las canes divinas, Pero. no queds , despojado, de das. luces naturales, Por las cuales puede cle arse a contemplar as bellezas ‘del Criador, las | que no se esconden & quien ¢ontempla y entiende bien el orden admirable del mundo visible: (Rom: cap. 1, v.20) Asf yemos'que'han florecido en las naciones antiguas fildsofos eminentes, que han disertado con, bastante acierto sobre Dios y.su naturaleza, y mejor todavia sobre los deheres so- ciales. Ciceron,, Séneca, Caton y otros fildsofos. romanos, y Aristoteles y Platon éntre fos Griegos Son una prueba bien clara de lo que puede el entendimionto humano. en la inVestigacion de la verdad; aun’ sia tener las) luces dela revelacion. Pero, al mismo tiempo, los errores que ense- Haron y siguieron en su, propia conducta, son una prueba de que ek enten- dimiento humano destituido de las Iuces de la gracia, y entregado 4 si mismo se precipita en errores: es un hombre con ojos muy hermosos, pe- ro que no tiene luz bastante, para ver los objetos como son. én sf.
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