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~ rededor de nuestra mente y no nos |deje 101 enyolyieron los entendimientos, no viendo estos las” verda- des\salyadoras, sino como las ligeras rafagas de resplandor, que quedan en el firmamento por algun tiempo, despues que ha pasado por él el astro. del dia. Pero ni ese caos se ‘formé de repente, ni tampoco fué tan completo, que no quedase: al entendimiento algun medio de buscar la luz del cielo, ni tan universal, que no hubiese en cada una de las grandes épo- cas del mundo hombres, familias, y aun pueblos, que no profesasen, algunas 'verdades reveladas siquiera, y aun todo el cuerpo de estas mismas-verdades que Dios revelé 4 nues- tros primeros padres.; .. _ No desaparecié. por |cierto. de ningun entendimiento ese destello de Juz que nos viene d eps del, rostro del Sefior, el cual brilla) 4. los ojos, de, s hombres para, mostrar- les lag. condas, deda.rectitud be sens enna es pi! oa ‘del entendimiento, no a tan c , que lo ejado sin vitalidad absoluta, y le hubiese quit ado su p opie¢ esencial que es discurrir , para buscar en ‘todas vy cosas lo bello y perfecto, y hallar en todo la, verdad. Con tal que este mismo entendimiento herido siguiese la luz del cielo, y bus- case la verdad en-el que es esencialmente la verdad y la vida, y reconociéndose débil y enfermo, pidiese 4 Dios la gracia para conocerlo y amarlo, el entendimiento se eleva- ba 4 Dios como el fuego se aR hacia los espacios. Era, pre- _ ciso combatir, hac r rec /e8a-e ecie de niebla aS forman :al en la flor y en. Ja brizna de yerba, donde 18 ee aes ni aun en el astro del dia y las estrellas, donde lo. contempla hasta el tosco.rabadan: entonces la elevacion del alma ha- vaporosa, que Jos vicios ¥ pasi cia las. bellezas.infinitas era una consecuencia inmediata , porque el conocimiento obtenido por estos medios producia ‘al instante el amor, el amor de esas hermosuras conocidas. Aquel tener que arar la tierra y sembrarla, debiendo de estar arrancando sin cesar las espinas y abrojos que saldrian ' Psalm. 4, v. 7.