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39 del santuario 4 recibirla, modularon entonces el cantico mas alegre, que hasta entonces hubiese salido de sus libios, por yer que alboreaban ya los dias de la gloria de Dios y de la paz de los hombres. Y jquién no ve al Dios de infinita ma- gestad sentado entre los Querubines, mirando lleno de com- placencia_ & su amada Hija, 4 su futura madre y esposa, y complaciéndose en la hermosura de su alma? Desde que Sa- lomon habia consagrado aquel templo, nunca habia llenado la magestad divina el lugar santo como entonces, porque - nunca habia habido dentro de sus muros un alma tan pura + como la de la Virgen.. cape probable que los padres ac la vieek cfrosisaon al Se- Pe algun cordero dindole gracias por tanto favor, y que el sacerdote Zacarias ' les diese parte de él segun costumbre. Y una vez cumplido cuanto habian. prometido 4 Dios, se re- tiraron 4 su hogar, llevando sus corazones rebosando de goz0 al ver la inteligencia, la mansedumbre, la benignidad y suavidad de corazon de su hija, y sobre todo su profundisi- ma humildad. es 2 santa comitiva de las nidas que lleyaban luces, y entonaron canticos ylo iluminaron todo con sus resplandores, para demostrar ellos, cudnta era la reverencia que se debia 4 aquella Reina que era llevada al templo, ya que su gloria estaba encubierta todavia 4 los hombres, pues no podian _verla mientras los envolyiese el aja # la carne.» (In Deipar. Present. serm. n.° XVI.) i 1 Como hemos dicho, los Padres antiguos. dan por sentado, que era el Padre del Bautista el sacerdote, 4 quien cupo la suerte de recibir 4 la Vir- gen en el templo, y todos ponen en Jos labios de los padres y del Pon- - Ufice los mismos razonamientos poco més 6 menos. Pondremos aqui dos mas, para que se comprenda qué ideas tan altas tenian de la santidad de la Virgen. «Al presentar 4 su hija en el templo, dice San Proclo, dijo al sumo sacerdote con piedad: recibe, 6 anciano sapientisimo, 4 mi hija, hela aqui, la hermosisima hija que Dios me did: recfbela, y anuncia con toda claridad, que es ella la que ha de llevar 4 efecto los vaticinios.» (Menolo- gio de los griegos, dia 20 de noviembre.).Lo mismo expresa San Tarasio, al poner en la boca de Santa Ana el siguiente discurso:, «De esta nifia puedes decir, que es el complemento de los valicinios, y la causa de las cosas prometidas de Dios 4‘los hombres.» El mismo Santo atribuye 4 los dos Patriarcas esta alocucion dirigida 4 Zacarias: <recibe, 6 Zacarfas, el ta- berndculo sin maucilla: recibe, 6 sacerdote, el tdlamo inmaculado del Ver-
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