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* plandece el templo con las luces de las lamparas, pero é brite mucho mas con los rayos explendorosos de esta limpara, y todo aparece mas hermoso en cuanto ella llega. Alégrase Zacarias por caberle la honra de recibir 4 esta Virgen: alé- grase tambien Ji oaquin, y al aprestarse para hacer la ofren- da, confiesa publicamente y con ineluctable argumento, que las profecias se iban 4 cumplir ya. »De este modo es Ievada al templo la Hija de Dios, y es conducida hasta el altar, colocéndose en medio de sus padres que van 4 orar 4 Dios por ella, y enfrente del sacerdote que va 4 darles su bendicion. Entonces los padres, tomando la palabra, dijeron al sacerdote: recibe & la queha de recibir al que es fuego incomprensible, 4 la que ha de ser el talamo del Hijo de Dios: recibe 4 la que ha borrado, el oprobio de nuestra infecundidad y esterilidad, y Neva al altar 4 la que nos ha de introducir en el paraiso: recibe 4 la que con su parto destruiré la fuerza de la muerte, y la tiranfa del in-, fierno, consigrala & Dios, pues todos la tenemos por apoyo y en ella estén colocadas nuestras esperanzas.» Asi hablaron los padres, y volviéndose al Senor, le dirigieron la siguiente plegaria. ; - «Mira, 6 Sefior, miranos: recibe 4 la que tii nos has dado recibe 4 la que nos diste para romper las cadenas de nues- tra esterilidad, y para que destruya la esterilidad de la ley, as{ como nos has librado 4 nosotros de la dura y larga afrenta, que hemos padecido: recibe la que dispone para bien todas nuestras cosas, 4 la que ta has. elegido, predesti- nado y santificado. Ahi tienes, Sefior, la que viene atraida por el suave olor de tu gracia, & quien has elegido como _ azucena de entre espinas de nosotros indignos. Te la ofre- cemos con corazon alegre, esperando que la estrechards en- tre tus brazos, y te suplicamos que aceptes el don, y nos conserves 4 nosotros en tu gracia y amor.» No habia visto el santo templo un expectdculo como este dentro de sus muros, ni se habian oido jamds razonamien- tos de tanto consuelo para los mortales. El Sacerdote que recibié la oblacion, no pudo menos de quedar como embar- gado, al ver 4 los dos ancianos IJevando 4 su hija tan her-

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