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a eae no comprenda en aquel rhomento, sublime para los habitan- tes del cielo, que todos son ministros y siervos de Maria, cuyas ordenes acatardn y ejecutardn como las de, su mismo Criador y Sefior. Maria amé sobre manera la virginidad y pureza, prefiriéndola aun 4 la misma maternidad divina, si’ no hubiera esta sido compatible con la virginidad, y demostré * _su amor 4 esta virtud en la fidelidad inviolable que gitardé 4 su Esposo divino el Espiritu Santo: y este la adorné con una diadema de honor y de gloria, ha¢iéndola Reina de cuantas almas se santificaron en lo pasado, y se santifica-_ ran en lo-venidero, pues todas ellas deben este beneficio 4 la voluntad de Maria, que libremente consintié en dar al mun- doun Redentor'. ~Dénde encontrar ya voces para explicar lo que despues . de esta solemne coronacion de Maria pas6 en el ciglo? ;Cémo decir lo que solo el concepto angélico puede recibir y parti- cipar? No bien conocieron los habitantes de la Jeresalén ce- * ~ lestial la voluntad del Sefior, cuando se levantaron todos de sus tronos, y quitdndose 4 la vez sus coronas de reyes,y principes y sacerdotés, vinieron 4 depositarlas todas’ ante el trono imperial y regio de la Madre del Cordero, cantando el - edntico nuevo que modulan sin cesar‘al Dios de las miseri- cordias. ;Dichosos ciudadanos del cielo, que tenian ya en su ' - compafiia 4 la que habia sido la puerta del alecdzar, en que vivian! Pero es preciso decir, que no lo eran menos los hijos _ de Maria, que quedaban aun en la tierra, combatiendo con- ~ tra el error y las pasiones; pues su Madre se encontraba ya. en el cielo, poseyendo aquella vida dichosa y bienaventura- _ da, que no tiene fin, y empezaba tambien 4 ejercer su poder en "bien de estos mismos hijos. ;Ah! La vida de Maria en el cielo es una vida de proteccion y amparo para sus hijos: desde el dia en que fué coronada, empezé 4 rogar por ellos & su amado Jesus, y despues de diez y nueve siglos atin no ha ’ bajado sobre ellos uha gota de rocio celestial, que no haya destilado del corazon de esta Madre amorosa. x : - : beh = 4 En la Parte iereara: libro trigesimonono, §. I, las tres coronas, trata vemos sobre esta materia con amplitud.