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ie Nada nos han, dejado eserito los ixpdetoles sobre la vida de Maria, y muy poco marae tide, Ja tradicion: y no parece sino que aque hombres inspirados 1no se atrevie- ran 4 mirar hacia aquel penis santo, donde aparecié toda Ja gloria de la nfini -Y no es extrafio que 5S hayan guardado. en esta mans un n silencio profundo, pro- viniendo este de dos ene toe son, por una parte ld-mis- “ma Virgen. Maria, cuya. “humildad profundisima echaba siempre un. velo. 4 sus acciones y grandezas personales; y ry otra, la yoluntad expresa_ del ‘Espiritu. Santo, que no ee Renee ipaptendy que u eseribieron una parte hiscdlaias menos. El Breviaris ‘ccna ibsen al efit, de assis Marta, que ella y Maria su hermana y San Lazaro vinieron 4 Marsella, y que ha- biéndose Marta retirado 4 vivir con otras virgenes convertidas 4 la fe, que quisieron consagrarse al Sefior 4 su ejemplo, su hermana Maria se fué 4 la soledad del desierto, donde pasé algunos aijos, haciendo la peni- tencia mas rigorosa. Bien podria ser por tanto que la Magdalena de la Pro- venza fuese Maria hermana de. Lazaro, lo que no es por cierto poca glo- lo ht acc Porque es cierto que $. Juan Evangelista al hablar (ca- e Maia ungid ‘los pies & Jesus, no parece que intente sat uicas en el capitulo 7, v. 38, sino de lo que Paar 6 qe ee ae“poniendo por anteposicion 6 prolépsis lo que sucedié despues, para recomendar 4 esa noble persona, cuando la nom- braba por primera vez. Y que esto sea por anticipacion, se comprende bien: pues no habfa hablado antes nada el Evangelista, ni de la muger pe- eadora que describe San Juan ni de este hecho. Ademas la muger que describe S. Juan parece que vivia en Jerusalen, mientras que la herma- na de Lazaro Maria viyia em Betania. Hay que notar tainbien, que si el evangelista, al referir la uncion de’ los pies de Jesus con el precioso bal- samo, verilicada spor la hermana de Marta, hubiese querido decir que era la muger pecadora que lo habia hecho en casa del fariseo como lo refiere San Lucas (cap. 7, v. 37), hubiera, usado dé otro lenguage, asf como lo emple6, para, significar la accion pasada de Nicodemus. Véase la dife- rencia: de Marfa hermana de Lazaro dice: era Maria aquella; que ungid los pies del Sefior con el perfume, y se los limpié con sus cabellos. ged: eap. 11, vy. 2.) De Nicodemus dice asf: Vino Nicodemus, aquel mismo que habia venido antes de noche @ buscar a Jesus. Bastante diferencia hay ge" una locucion a otra. Sin embargo debemos decir que ‘miramos con mucho veapetl la tra- _dicion de las Galias sobre la penitenté, cuyas reliquias ‘se yeneran en Tarascon cerca de Marsella.
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